Cárcel

Un vecino de Castellón acusado de abusar de las hijas de sus dos exparejas

Una víctima confiesa que se encerraba en la habitación y dormía vestida por miedo

Con camisa azul y frente al tribunal de la Sección Segunda, el acusado de abusos a menores.

Con camisa azul y frente al tribunal de la Sección Segunda, el acusado de abusos a menores. / BIGNÉ

Núria B. Bigné

Un vecino de Vila-real (Castellón), de 60 años, se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Castellón para hacer frente a las acusaciones de presuntos abusos sexuales a menores que pesan sobre él. En concreto, son dos las víctimas que lo señalan, ambas hijas de dos mujeres que fueron pareja del procesado y convivieron con él. Dos viviencias muy similares, según sus relatos, que vivieron de forma correlativa cuando tenían entre 9 y 16 años.

«Me tocaba el pecho y los genitales. También se frotaba contra mí. Ocurrió más de 20 veces», explicó una de las víctimas durante su declaración. Confesó que cerraba la puerta de su habitación y dormía vestida, sin querer cambiarse de ropa, por miedo. 

Pese a la situación, no se lo contó a nadie y guardó esa información durante años. «Cuando me enteré de que, después de mí, otra niña vivió lo mismo me sentí mal y pensé que si yo lo hubiera contado, a ella no le hubiera pasado», dijo a los tres magistrados, los abogados y el representante fiscal.

«Cuando se producían esas situaciones me quedaba parada. No tenía el valor de levantarme y decirle: ¿Qué estás haciendo?», explicó la joven, que se decidió a interponer la denuncia cuando supo del segundo caso y siendo ya mayor de edad.

La segunda víctima relató el inicio de la relación entre su madre y el acusado. "Al principio, le fue muy bien. Ella salía de una ruptura muy dura y bebía mucho. Cuando empezaron a salir, ella mejoró mucho", reconoció la chica. Sin embargo, afirmó que, a los tres meses, él comenzó a "acercarse demasiado a mí". «Mi madre trabajaba de noche en un club de alterne. Recuerdo que un día yo estaba en la cama, tumbada, viendo la televisión. No sé si me quedé dormida o traspuesta, pero de repente él se tumbó detrás de mí y empezó a frotarse. También me tocó el pecho y los genitales. Yo no supe reaccionar y me asusté mucho», reveló a preguntas del fiscal, a quien le dijo que los abusos sexuales sucedieron unas «cuarto o cinco veces», aunque no pudo recordarlo con exactitud por los años transcurridos desde entonces.

Preguntada por qué no contó antes lo que hacía su entonces padrastro, dijo que hubiera sido "un palo muy gordo" para su madre. "Ella ya había sufrido mucho y había estado muy mal. Pasó de ser una madre diez, a no poder hacerse cargo de nada. Pero al final lo confesé. Por supuesto, él lo negó todo", dijo la joven.

El procesado niega los hechos que le imputan las víctimas, por los que la Fiscalía pide 12 años de cárcel y 3.000 euros de indemnización para cada una.

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