La búsqueda de productos agrícolas rentables para el agricultor comienza a ser una realidad. Un proyecto experimental que se viene desarrollando desde el 2005 en una finca de Las Eras podría demostrar que la pitaya, fruta tropical que nace de un cactus, de sabor exquisito y de un peso que ronda el medio kilo, será un auténtico revulsivo para dicho sector primario.

La iniciativa agraria, que se lleva a cabo en la finca La Sabina y que la impulsa el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Arico, así como el propietario de los terrenos, Bernardo García, ya ha supuesto la siembra de 12.000 metros cuadrados de pitaya, pero la idea es alcanzar los 50.000 debido a las investigaciones que se están llevando a cabo con esta fruta.

"En 2005, el Instituto Agrario de Investigaciones Agrarias (ICIA), a través del doctor e investigador Víctor Galán, nos hizo la propuesta de que si queríamos probar con especies de esta fruta traídas de Guatemala y de Reunión y como somos curiosos le dijimos que sí", manifestó el ingeniero agrónomo de la Institución Insular, Clemente Méndez, quien estaba acompañado por la técnico Águeda Coello.

Durante todo este tiempo se ha estado analizando e investigando la pitaya de "mayor producción, así como su floración", realizando para ello más de 850 cruces, expresó Méndez. En este sentido, señaló que el único problema que existe es el relacionado con la polinización de la flor porque la misma, que se denomina Reina de la Noche, sólo se abre un único día "entre las 20 horas y las 10 horas de la mañana. Es decir, la polinización se debe hacerse de forma manual, que tampoco supone mayor inconveniente".

A cinco euros el kilo

De este modo, el técnico explicó que en las zonas naturales de este cactus "un murciélago" hace las tareas de fertilización, "pero aquí no se introducirá al animal".

El ingeniero resaltó que dicha dificultad, que insiste que es mínima, se contrarresta por los resultados obtenidos durante los ensayos. La pitaya, que se debe sembrar en lugares de sombra o en invernaderos para que el sol no queme al cactus y en una cota de hasta 300 metros de altura, "es una planta muy resistente y es ajena a cualquier tipo de plaga".

"Además, la producción es bastante elevada y en una hectárea de terreno se superan los 40.000 kilos, superficie en la que caben unos 2.200 plantones. También se caracteriza por ser una fruta que precisa de muy poca agua, de hecho en verano sólo consume 16 litros por semana y en invierno 8 litros", comentó Clemente Méndez, quien añadió que "el gasto anual por hectárea no alcanza los 900 euros".

La pitaya, cuyo período de floración transcurre entre junio y noviembre, "es un fruto muy duradero y una vez cortado se mantiene en perfecto estado durante, al menos, tres semanas", explicó el técnico.

Otra de las ventajas es que este fruto tropical no se da en el resto del continente europeo y el precio del kilo que se paga en la actualidad al agricultor ronda los 5 euros, con lo que "es muy rentable", expresó el concejal de Agricultura en el Ayuntamiento de Arico, Manuel Marrero.

Ante todas estas "bondades", ya se ha encargado a Cultesa la reproducción en masa de la planta para que pueda ser adquirida por todos aquellos agricultores que quieran innovar en sus terrenos "y que podría comercializarse en siete u ocho meses", avanzó Méndez.

"Estamos, por tanto, ante un producto muy rentable e interesante para el agricultor y este mes vamos a organizar una serie de charlas informativas" sobre este fruto tropical, sentenció el edil ariquero.