Fue a las 16:41 horas (9:41 en Guatemala, donde tuvo lugar el acto) del 30 de julio de 2002 cuando el papa Juan Pablo II proclamó al primer santo canario, 335 años, dos meses y cinco días después de su fallecimiento. A punto de conmemorarse 12 años desde aquella ceremonia que vivieron "in situ" unas 720.000 personas, el Santo Hermano Pedro sigue sin tener su iglesia. La de San Isidro (Granadilla de Abona).

Cerca de la cueva que empleó el pastor Pedro José de Bethencourt durante su trabajo en su infancia y juventud, en Los Cardones, el 22 de abril de 2006 unas 500 personas presenciaron la misa y el acto de colocación de la primera piedra del templo. Presidida por el obispo, Bernardo Álvarez, de aquel templo solo existe esa piedra emplazada en la mitad del solar.

En septiembre de 2011, comenzando el mandato actual, el Obispado transmitió al Ayuntamiento de Granadilla de Abona (administración titular del suelo en el que será levantada) su interés por retomar la construcción de la iglesia. El alcalde, Jaime González Cejas, reconoció que la crisis (algo ya advirtió la propia jerarquía eclesiástica en marzo de ese mismo año) dificultó la realización de este proyecto, por otra parte "demandado por la ciudadanía".

Hace ocho años el coste de la iglesia se presupuestó en unos 600.000 euros, si bien el obispo, Bernardo Álvarez, aseguró, durante el acto de puesta de la primera piedra, que ya se disponía de parte de esos fondos. Pero los devotos debían recaudar el 60% de dinero necesario.

Pero las actuaciones vinculadas al Santo Hermano Pedro parecen gafadas. Tampoco hay nada de otra anunciada en enero de 2007 y agosto de 2008: el acondicionamiento de la Cueva. Costaría 1.500.000 euros y lo financiarían Cabildo, Obispado, Unelco, CajaCanarias y los ayuntamientos de Granadilla de Abona, Arico, Vilaflor, San Miguel de Abona, Arona, Adeje, Guía de Isora y Santiago del Teide.