La empresa pública Epelcan refuerza la seguridad de la piscina municipal de Candelaria "con el objetivo de controlar la entrada y el correcto uso de sus instalaciones". La medida se aplica después de que este verano hayan cerrado las instalaciones en seis ocasiones al detectarse defecaciones en los vasos de la piscina, asegura el gobierno municipal.

La puesta a punto de las instalaciones en cada ocasión supone gastos para la administración e inconvenientes para el resto de usuarios.

Por otro lado, emplean la megafonía para emitir mensajes "con la finalidad de concienciar a los usuarios del buen uso de las instalaciones". Desde el ayuntamiento "se solicita colaboración con el personal de la piscina para que las instalaciones puedan prestar un servicio de calidad con las mejores garantías", informa el gobierno.