La información en internet se duplica cada dos años y la innovación está cada vez más relacionada con la experimentación con los datos, pero tanto usuarios como organizaciones asisten con inmadurez a esta ebullición del dato que les ha "atrapado por sorpresa".

La explosión del big data y el avance del internet de las cosas marcan el camino del progreso, pero conllevan riesgos y problemas asociados, especialmente en materia de privacidad y protección de la privacidad, como ha quedado patente hoy en el foro "CyT en 60 minutos", una iniciativa de la Agencia EFE con el apoyo de FECYT, para divulgar el papel de la I? que se hace en España.

El debate ha contado con la presencia del jefe del área internacional de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), Rafael García Gozalo; el coordinador del Foro de la Gobernanza de Internet en España (IGF), Jorge Pérez Martínez, y con el responsable de investigación sobre big data de la consultora IDC, Alberto Bellé.

"El futuro de la innovación ya no está tanto en experimentar con la materia como con los datos, que es barato y sencillo. (...) Es una economía muy fuerte, muy poderosa, y la han atrapado antes de prepararse para ello porque no han tenido tiempo físico para ello", ha destacado Bellé.

Se estima que el big data (o inteligencia de datos) "generará un negocio de 18.000 millones de euros en los tres o cuatro próximos años", ha subrayado el experto, quien ha destacado que España está bien posicionada en ese ámbito, especialmente en el de las ciudades inteligentes.

El coordinador del Foro de la Gobernanza ha explicado que el análisis de la información, "que se producen por el trazado de nuestra vida en la red", y la emergencia del internet de las cosas -millones de objetos con sensores conectados- conllevan "expectativas maravillosas y problemas espectaculares".

"¿Sabemos que esos objetos están captando información? ¿Cómo puede una persona cuyos datos se captan manifestar su opinión al respecto?", se ha preguntado el representante de la AEPD.

Las implicaciones de la cesión de los datos en internet son "complicadas y difícilmente previsibles", ha señalado antes de subrayar que no sólo a la ley le cuesta adaptarse a los cambios de una innovación que cada vez se produce en ciclos más cortos, también por parte de los usuarios y su mentalidad.

Para el analista de IDC, quien ha asegurado que el volumen de datos se duplica cada dos años, hay mucha inmadurez en el mundo de la privacidad: "No sabemos quién tiene nuestros datos, pero porque estamos empezando. Nos ha pillado muy de sorpresa y se ha acelerado todo mucho".

"En esa transacción de servicio por datos estamos diciendo siempre que sí sin mirar la letra pequeña. (...) Si nos diéramos cuenta de cuántas personas tienen información delicada sobre nosotros, estoy seguro de que cambiaríamos la actitud sobre a quién se la cedemos", ha añadido Bellé.

Aunque muchos datos que se comparten en la internet estén "anonimizados", los expertos han alertado de la posibilidad de identificarlos gracias al cruce de informaciones de distintas fuentes.

"Hay tantas organizaciones que tienen un trocito de ti que de alguna manera es necesario coordinar para que lo anónimo siga siendo anónimo", ha pedido Bellé.

El representante de la AEPD está convencido de que la tecnología sirve para resolver algunos de los problemas que genera, por ejemplo para proteger la privacidad, sin embargo es "escéptico" de cara a pensar que el ecosistema tecnológico vaya a implantar soluciones globales para conocer quién tiene nuestros datos.

Por su parte, el representante del Foro de la Gobernanza ha elogiado que Europa, y en concreto España, sea una autoridad en materia de protección de datos, pero ha criticado que no lo sea tanto en el desarrollo de la tecnología y el impulso de la innovación, lo que obliga al talento a emigrar a otros lugares.

Pérez ha pedido que la regulación no frene la innovación. "No matemos la innovación porque la historia hasta ahora es de un éxito tan espectacular gracias a que internet no tenía normas", ha concluido.