Calidad, complejidad y que es "una superproducción histórica en muchos sentidos" que permite descubrir la impresionante Sevilla del siglo XVI "a pie de calle" son algunos de los argumentos que esgrime el elenco de "La peste" para verla en Movistar a partir del 12 de enero.

Diez millones de euros y un rodaje de 18 semanas en más de 130 localizaciones con casi 200 actores se han traducido en seis episodios de 50 minutos de factura cinematográfica, con el sello del tándem Alberto Rodríguez-Rafael Cobos, que han firmado éxitos como "La isla mínima" o "El hombre de las mil caras".

"Hay muchas razones para ver ''La peste'', una serie histórica en muchos sentidos: es la primera superproducción de ficción española, es una serie de Alberto Rodríguez, un grande del cine; da la oportunidad de visitar y vivir y conocer la Sevilla del siglo XVI porque es impresionante el rigor de la ambientación... Es una serie muy compleja y muy gourmet. Y que yo hago de malo", dice Paco León.

El actor sevillano sale de la comedia para meterse en la piel de Luis de Zúñiga, un protestante homosexual en la España de la Inquisición, ambicioso y medrador sin escrúpulos.

Es uno de los pocos rostros conocidos de esta serie coral porque "Alberto no los quería para hacer más creíble la historia", aunque en su caso, como ya había hecho con Raúl Arévalo o Javier Gutiérrez, apostó por "desubicar a un actor" para introducirle en un personaje con muchas aristas que plantea "algo insólito hasta entonces: el ascenso social", ya que Zúñiga "tiene un origen humilde y por rata y por listo y por falta de escrúpulos consigue subir y hacerse noble".

Desde su acomodada posición apoya en todos los sentidos a su amigo Mateo Núñez, un exmilitar condenado por herejía por imprimir libros prohibidos que para evitar la hoguera debe investigar una serie de crímenes diabólicos por encargo de la Inquisición.

Lo interpreta Pablo Molinero, para quien "La peste" es "una serie diferente sobre el siglo XVI porque estamos acostumbrados a ver aquella época desde los ojos de los poderosos, de condes y reyes, y este es un viaje a pie de calle, la historia de la gente que no ha pasado a la historia.

Todo ello en un contexto histórico que forjó el carácter sevillano, según Paco León. Con el monopolio del comercio con el Nuevo Mundo, la otrora Híspalis era un mosaico de nacionalidades y razas que aspiraba a ser capital del Reino de España, próspera y amante de la cultura, pero con un reverso ajeno al jabón, paupérrimo, hambriento e ignorante.

En ese contexto se propaga una epidemia de peste que saca a relucir la corrupción institucional y el lado más oscuro del ser humano, además de provocar el declive de la ciudad.

"Hay personajes que intentan medrar y enriquecerse a costa incluso del bien público y ves que hoy en día pasa lo mismo, que no hemos evolucionado un ápice", reflexiona Molinero, quien ve en la peste "una metáfora de la enfermedad del ser humano, que no dejamos de ser nocivos para nosotros mismos, que tenemos un lado oscuro que nos lleva a hacer el mal para nuestro bien".

Su personaje, un hombre atormentado, debe ayudar a un adolescente, Valerio Huertas, a salir de los peligros de la vida callejera. Sergio Castellanos -que pese a sus 17 años tiene pendiente este año el estreno de "El árbol de la sangre" de Julio Medem, "Todos lo saben" de Asghar Farhadi y "Tu hijo" de Miguel Ángel Vivas- es ese ratero que viste la ropa al revés para engañar a los malos espíritus.

Aunque la serie es conclusiva, "si la ves hasta el final no te vas a quedar con ganas de nada más que de otra temporada", dice el joven actor, quien destaca de esta ficción "la exigencia" de su director, Alberto Rodríguez, además del "cariño y la dedicación" que ha puesto todo el equipo para "hacer un formato al que la gente no está acostumbrada".

Los actores contaron con la ayuda de un documentalista para asesorarle, y con una dirección de arte y de vestuario volcada en reflejar la época. Tanto que a Patricia López Arnaiz convertirse en la pintora Teresa Pinelo, que firma sus cuadros con un nombre masculino para poder vender y se rebela contra el machismo, le costó "contracturas" y dificultad para respirar.

La actriz destaca de "La Peste" que "es un trabajo súper fino de guion, de dirección, de caracterización y de interpretación", además de "una oportunidad de ver el siglo XVI a pie de calle y con muchísima calidad".