Samsung ha sido el primer gran fabricante en ofrecer al mercado un smartwatch, un reloj inteligente, que siguiendo la misma idea que ofrecieron los relojes calculadora en la década de los 80 ofrece al alcance de la mano unas posibilidades que antes requerían otro dispositivo.

El pasado cuatro de septiembre, Samsung presentó en la IFA, la mayor feria de tecnología del mundo, el Galaxy Gear, su primer reloj inteligente, con lo que se adelanta a otras marcas líderes en el mercado de los smartphone como Apple, Nokia o Google. Es la primera versión, por lo que inicialmente no ofrece prestaciones que puedan deslumbrar a nadie. Una pantalla de 320x320 píxeles que no permite introducir texto; una memoria interna de solo 4GB, más que suficiente para las operaciones para el que fue diseñado; una cámara de casi dos megapíxeles con enfoque automático en la parte exterior de la correa; y una batería que permite solo unas 25 horas de espera con una sola recarga. Unas características pensadas más para los apasionados de la tecnología que quieren estar entre los primeros que prueban un nuevo artilugio que entre aquellos que quieren incorporarlo como un elemento útil en su vida diaria. Así lo indica su precio inicial, 299 dólares en Estados Unidos. El 25 de septiembre llegará a 149 países de todo el mundo, entre ellos España.

Samsung no está ganando el mercado solo con una amplia gama de smartphone y tabletas. También ofrece otras prestaciones que le permite diferenciarse de sus competidores como la utilización de gestos para realizar acciones en lugar de tocar el dispositivo. Esta estrategia también la aplica a su gama de smartwatch. Se podrá realizar una instantánea tan solo con disponer el antebrazo en horizontal frente a uno mismo o responder a una llamada telefónica acercando el reloj a la oreja como si se tuviese un teléfono en la mano. El máximo potencial se obtiene cuando se conecta con un smartphone a través de bluetooth por lo que se pueden recibir llamadas, leer correos electrónicos y utilizar algunas apps adaptadas al Galaxy Gear que solo podrá conectarse de esta forma con dispositivos de Samsung.

La fiebre de los smartwatch que ha ocupado minutos de antena y páginas en los medios no parece que vaya a llegar aún al mercado. En el primer año solo se espera vender un millón de unidades y en 2018 se podrían alcanzar los 36 millones de unidades vendidas según la consultora Juniper.

Vea en su móvil un vídeo que presenta Pebble, el smartwatch que se consiguió desarrollar gracias a un proyecto de crowdfunding.