La familia de Urbana Ramos podría encontrar, tras 11 años, al culpable de su muerte gracias a la orden dictada el pasado 16 de abril en Arona para que se reabra el caso y se realicen nuevos análisis de ADN y pruebas toxicológicas.

Sobre las 6:00 horas del 9 de noviembre de 2001, Urbana Ramos salió de su casa, ubicada en Fonsalía (Guía de Isora) para ir a trabajar. Casi una hora más tarde su cuerpo sin vida fue encontrado a 150 metros del domicilio y al lado de su coche. Había recibido un golpe en la cabeza con un objeto contundente y 18 puñaladas.

Durante meses el principal sospechoso fue su marido, del que se había separado recientemente, pero no se encontraron pruebas para inculparlo, por lo que el caso fue cerrado.

En 2010, la familia solicitó los servicios del criminólogo Félix Ríos, quien, tras revisar todas las pruebas e informes forenses, presentó la solicitud de reapertura del caso en noviembre de 2011, la cual fue concedida el pasado mes de abril. El juzgado de Arona ha solicitado nuevos análisis de ADN y pruebas toxicológicas, ya que en el momento de los hechos no se contaba con los avances tecnológicos actuales.

Pese a la buena noticia, la preocupación de la familia es que los resultados de las nuevas pruebas se dilaten durante años, motivo por el que, junto al Ayuntamiento de Guía de Isora, instan a la Justicia a que se realicen lo antes posible.

La reapertura de este caso ha sido apoyada, mediante la aprobación en pleno de una moción, por el consistorio sureño, que se unirá a los familiares y amigos de la víctima en las concentraciones que tiene previsto realizar, y que contarán con la presencia de la familia de Juan Jovino (fallecido en La Laguna hace dos años) y Eladia Canino, para "recordar que los crímenes no deben quedar impunes", señalaron ayer en rueda de prensa. En este acto, la familia también destacó que se colgarán carteles para recordar la muerte de Urbana Ramos e intentar que cualquier persona que tenga algún dato lo facilite a la Policía.