"El cielo puede esperar" fue una película de gran éxito en la década de los ochenta del siglo pasado. No era nada más que cine, pura ficción, aunque con la coletilla clásica de que nunca podría superar a la realidad. Es posible aplicarlo al pleno sobre el estado del municipio celebrado ayer en el Ayuntamiento de Santa Cruz porque la conclusión fue que "la crisis puede esperar... hasta julio".

Después de siete años de no ser convocada, pese a que la ley establece que debe haber como mínimo una al año, la sesión extraordinaria no pasará a la historia salvo por las dos horas y diez minutos que invirtió el alcalde, José Manuel Bermúdez, en leer de forma literal los 33 folios preparados por sus asesores para "resumir" una gestión en "datos, cifras y resultados a los que ustedes no están acostumbrados", señaló en referencia a la oposición. Desde la bancada opuesta entendieron su "filípica" como una "factoría de ficción", versión del PP, "el origen de una diarrea colectiva" para Corrales o un ejercicio de "obviedades y autocomplacencia", Pedro Arcila (Fernández de Arcila, según parece haber descubierto una investigación genealógico), dixit. Guigou, víctima de una gastroenteritis, se lo perdió, pero no dejó de reflejar su "indignación" en las redes sociales. Se le echó en falta.

Los grupos que apoyan al gobierno, PSOE y CC, están para eso precisamente: apoyar al gobierno. José Ángel Martín se defendió sobre todo de las acusaciones desde la izquierda y Alberto Bernabé (ejerció de portavoz en lugar de Carmen Delia González, convaleciente de una operación) adoptó un tono circunspecto e institucional siempre con la idea de "tender la mano".

Cinco horas después de aguantar este auténtico "tostón" -parece necesario cambiar el sistema, aunque pase por modificar el reglamento-, el alcalde decidió que era preciso un receso para que todos los grupos políticos consensuaran sus 117 propuestas de resolución (82 de Sí se Puede, 25 de IU-XTF y 10 del PP) con la única del grupo de gobierno: "Un pacto social por Santa Cruz que priorice la lucha contra el desempleo y la reactivación económica".

Tras este intervalo, bastante más largo de los 15 minutos previstos, e inhabitual en un mandato caracterizado por las sesiones maratonianas y el estricto control del cronómetro, se llegó un acuerdo final que, básicamente, es ponerse a trabajar para tener otro pleno en julio. Tampoco quedó claro, pese a la pregunta final de José Carlos Acha (PP), si será monográfico, ordinario o extraordinario, Ya se verá.

En otro plano, pero dentro del salón de plenos, la señora que habla constantemente no dejó de hacerlo esta vez, pese a lo extraordinario de la convocatoria. Y como ya es habitual, varios colectivos aprovecharon para reinvindicar sus luchas. Para algo tenía que servir el pleno, aunque la pregunta es: ¿El pacto social contra la crisis y, sobre todo, los afectados por ella pueden esperar a julio? Los ediles de Santa Cruz piensan que sí.