El coste que supondrá eliminar las 382 pintadas que un inscrito -ya expulsado- de la Tenerife Bluetrail realizó en el Parque Nacional del Teide asciende a entre 10.000 y 12.000 euros. Así lo confirmó el pasado viernes a este periódico la viceconsejera regional de Medio Ambiente, Blanca Pérez, después de que el jueves el Gobierno de Canarias recibiese un prolijo informe realizado por personal de este espacio protegido en el que se referencia cada una de la marcas de colores.

Según indicó la exconcejala del Ayuntamiento de La Laguna, fue el fin de semana del 10 y 11 de octubre cuando se desarrolló la gran batida que ha dado lugar al citado documento final, con lo que ahora se encuentra en marcha el proceso que desembocará en una sanción que, como también apuntó durante la semana el consejero insular de Medio Ambiente, José Antonio Valbuena, probablemente será notificada por el Cabildo, la administración que a partir de 2016 tendrá las competencias plenas sobre este polo de interés natural y para el turismo.

Aunque una de las posibilidades para erradicar esta especie de grafitis era la utilización de disolventes, Pérez precisó anteayer que finalmente esta opción está descartada al tratarse de un parque nacional, con lo que el empleo de arena y la retirada de lascas de piedra serán las soluciones que se aplicarán para devolver las varias horas -y kilómetros- de sendero afectados a su estado primigenio, sin las huellas rojas, blancas y violetas que actualmente tiñen malpaíses, mojones y rocas diversas.

Concretamente, todo esto llega después de que semanas atrás un deportista de nacionalidad italiana fuese detectado "dibujando" marcas con espray sobre la ruta 23 del Teide, denominada Los Regatones Negros, que tiene uno de sus extremos en los Roques de García, donde confluye con el sendero 3. A partir de la bifurcación de ambos trazados (lo que supone que termine el camino arenoso y que empiece una zona ciertamente de más difícil orientación), el atleta comenzó a pintar, a escasa distancia -de solo tres y cuatro metros en algunos tramos-, marcas sobre la lava solidificada.

Blanca Pérez señaló el viernes que aún no se ha decidido la cuantía exacta de la sanción por estos hechos, si bien ya se conoce que el responsable de lo ocurrido tendrá que pagar entre 3.000 y 200.000 euros, debido a que se trata de una infracción sobre el medio que se enmarca en la categoría de "graves con multa".

Una vez descubierto -gracias a la alerta de un tinerfeño residente en Barcelona y que aquel día hacía senderismo junto a su pareja-, el corredor argumentó que su comportamiento respondía a que en la edición anterior de la conocida prueba atlética se había perdido y que, por tanto, lo hacía para evitar que este año le volviese a ocurrir lo mismo. Se trata, en opinión de un destacado participante de este tipo de carreras, de una disculpa "pueril e incomprensible", entre otras cosas porque la señalización suele ser la adecuada, así como de un "hecho deplorable" que enturbia el nombre de la Tenerife Bluetrail, que tendrá lugar el próximo sábado.