La construcción de la nueva base de contenedores del puerto de Santa Cruz de Tenerife, financiada en parte por la Unión Europea, tuvo un sobrecoste del 24 por ciento (4,30 millones más de lo presupuestado inicialmente) en su primera fase y tardó en completarse 41 meses, más del doble del tiempo comprometido.

Estos son algunos datos que figuran en el informe que el Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) publicado ayer sobre las inversiones de la UE en infraestructuras portuarias, que concluye con varias advertencias sobre el uso que se está dando a esos fondos.

Según este dictamen, un tercio del gasto de la Unión Europea en instalaciones portuarias como muelles, diques y espigones efectuado entre 2000 y 2013 fue "ineficaz e insostenible".

En total, los auditores consideran que "casi 400 millones de euros de inversiones examinadas" se han echado a perder por su uso inadecuado.

El estudio sobre el transporte marítimo certifica también que, durante esos trece años, un euro de cada tres gastado en los proyectos examinados (194 millones en total) se destinó a iniciativas que duplicaban las instalaciones cercanas ya existentes.

Además, se invirtieron 97 millones de euros en infraestructuras que no se utilizaban o estaban "considerablemente infrautilizadas".

Los auditores evaluaron las estrategias de transporte marítimo de mercancías de la Comisión y los Estados miembros, así como la rentabilidad de las inversiones en puertos, que ascendió a 17.000 millones de euros de subvenciones y préstamos entre 2000 y 2013.

Asimismo, visitaron 19 puertos marítimos distribuidos entre Alemania, Italia, Polonia, España y Suecia, y constataron que ni la UE ni los Estados miembros tenían una visión estratégica de conjunto sobre qué instalaciones necesitaban financiación.

De acuerdo con los auditores, los proyectos con financiación comunitaria examinados también eran "ineficaces", con sobrecostes de 139 millones de euros detectados, sobre todo, en Alemania y España, incluidos los 200.000 euros del puerto de Vigo y los 67 millones en Algeciras.

En el caso de Santa Cruz de Tenerife, se examinaron tres proyectos: primera fase de nueva base de contenedores, su segunda fase y una serie de rellenos junto al espigón de Cueva Bermeja para apoyar las actividades con graneles líquidos y secos. El primero tuvo un sobrecoste de 4.301.000 euros (del 24,2%), el segundo, de 1.153.000 euros (7,4%); y el tercero, de 562.000 euros (9,9%).

En total, esas tres obras en el puerto de la capital tinerfeña costaron seis millones más de lo presupuestado en principio y, de la última de ellas, el informe dice que está "infrautilizada en gran medida".

Además, 19 de los 30 proyectos completados sufrieron retrasos. El mayor, del 136% de las previsiones iniciales, se produjo en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, precisa el Tribunal de Cuentas Europeo, en concreto en la primera fase de la nueva base para contenedores, que tenía que haberse completado en 18 meses y tardó en estar finalizada 41.

En cuanto a España, el TCE destaca que dispone de una estrategia exhaustiva en funcionamiento para evaluar y monitorizar las necesidades de inversión en todos los puertos del país.