La escuela prelaboral da una segunda oportunidad a un grupo de jóvenes del área metropolitana para orientar su futuro profesional.

Esta novedosa iniciativa la puso en marcha el Cabildo, a través de la Fundación Insular para la Formación, el Empleo y el Desarrollo Empresarial (Fifede), y la Fundación Proyecto Don Bosco, con la intención de mejorar las condiciones sociales y personales de jóvenes de 16 a 20 años que, por diferentes situaciones, no están estudiando actualmente y tampoco están preparados para acceder a un proyecto de empleo y cumplir con sus exigencias.

Por ello, el presidente de la Corporación insular, Carlos Alonso, se trasladó hasta la sede de Don Bosco, en Taco, para conocer de primera mano la formación que reciben estos jóvenes, un total de 15, y departir con ellos sobre sus inquietudes y perspectivas. Alonso estuvo acompañado por el vicepresidente Efraín Medina; el consejero de Empleo, Leopoldo Benjumea, y el director territorial de la Fundación Proyecto Don Bosco, Miguel Ángel Rojas, entre otros.

"Hemos comenzado este proyecto piloto, de forma que podamos orientar a estos jóvenes, con actividades que permitan iniciar un camino profesional o volver a estudiar. Después se podrán incorporar a Barrios por el Empleo, que siempre está experimentando con nuevas herramientas que permitan hacer mejor el futuro de estos jóvenes", comentó Alonso.

El coordinador del proyecto, Ainhor Pérez, dijo que "el objetivo es que los jóvenes tengan esta segunda oportunidad para formarse o para su proyecto de vida. Las líneas de actuación son trabajar con ellos competencias claves como el apoyo escolar; una segunda línea de competencias sociales, en la que trabajan habilidades como saber estar en el aula o en cualquier espacio, y una tercera línea más orientada a lo laboral, donde se les acerca a distintas profesiones, y es ahí cuando ellos empiezan a detectar cuál es su vocación".

Este programa experimental viene a responder a una realidad de los jóvenes de Tenerife: los que han abandonado de forma prematura el sistema educativo y no cuentan con herramientas personales para integrarse con éxito en proyectos de educación de adultos o de formación laboral.

Esta novedosa iniciativa, que continuará el próximo año, cuenta con un presupuesto de 31.500 euros, y forma parte del Marco Estratégico de Desarrollo Insular (MEDI).

Los jóvenes hablan

La alumna Anaisa Nazaret Barrios comentó: "Llevo aquí desde abril, cuando empezó el proyecto, y estoy encantada. Comenzamos con labores de pizzería, luego de camarero-planchista y, ahora, peluquería, y han sido los tres meses más maravillosos de mi vida", dijo. "Abandoné los estudios por problemas personales y en Don Bosco me han acogido como una más, me apoyan y me siento muy bien". Además, declaró, "cada mañana vengo a clase con una sonrisa".

Pedro Manuel Moreno declaró: "Conocía Don Bosco desde tiempo y me ofrecieron este proyecto al verme preparado para afrontarlo. Busco lo básico de la vida; tener un trabajo y, luego, realizar mis sueños. Me gusta la peluquería".