El juzgado decretó ayer la suspensión del desahucio por tercera vez de una vivienda ubicada en el edificio Alejandro, de la calle Juan Fernández Santos, en Ofra, ocupada por Tamara González y sus tres hijos de corta edad, aunque ya de forma definitiva el desalojo se producirá cualquier día de la semana que viene previa comunicación en el día anterior.

Esta es la resolución dictaminada por el juzgado que pone en una situación límite a la afectada, que a pesar de los intentos de resolver el problema durante las horas de la mañana no pudo llegar a tiempo a la presentación de la documentación básica requerida a primera hora relativa a su situación personal.

"Es una tensión muy difícil de aguantar, es muy complicado vivir así", apuntó Tamara. Y es consciente, además, de que pueden ser las últimas horas o días en los que podrá permanecer en la casa ella y los niños tras expirar el tiempo que se le dio para entregar la documentación.

Pero desde muy temprano el día parecía que iba a terminar con la salida de Tamara en dirección a una casa de acogida, porque sobre las 09:30 horas, los cerrajeros hicieron acto de presencia a la espera de que los funcionarios judiciales dieran la orden para entrar en la vivienda.

En medio, la angustia de los vecinos esperando en el zaguán o asomados a los balcones, cierta resignación en la afectada por una situación que se reproducía por tercera vez y el apoyo generalizado a "una chica que no se lo merece", dijo alguno de los acompañantes a sabiendas de que podía ser el día en que la mujer y sus hijos se fueran a un piso de acogida.

Finalmente, la comunicación a los cerrajeros de que se suspendía el alzamiento fue un ligero respiro, pero no rebajó la presión de llevar antes de las 13:00 horas al Juzgado, los papeles justificativos de que Tamara es demandante de empleo y que poseía un informe elaborado por los Servicios Sociales. Con esa documentación entregada, la suspensión se alargaría y no se ejecutaría el desahucio la próxima semana

A partir de ahí el "busca y captura" de los papeles se hizo eterno, tanto que el plazo de 12:00 horas para entregarlos en el Juzgado se retrasó hasta una hora más tarde, aunque finalmente se le denegó la petición de permanecer al entender el juzgado que Tamara no cumplía con los requisitos mínimos, entre otras cuestiones.

Por supuesto. La afectada lo niega y a pesar de los intentos su petición fue rechazada. Ahora cualquier día de la semana podrá ser desalojada "Es una situación inaguantable. Solo toca esperar y seré la primera de los desalojados", dijo apenada.