El plan de autoprotección, el amplio documento que trata de dar respuesta a los posibles imprevistos de seguridad de la visita de la Virgen de Candelaria, tiene entre sus responsables a la misma persona que coordina a los voluntarios, y que está pendiente de la urna, y también del trono, y del material de difusión... "Es una experiencia gratificante, otra manera de ayudar en la Iglesia", responde Pedro López cuando se le pregunta por el esfuerzo realizado.

López fue presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías (JHC) de La Laguna durante seis años (el último mandato nació de una dispensa por la falta de candidatos) y, concluida esa etapa, se encuentra inmerso en la próxima peregrinación (12-27 de octubre): "Hace ya un año y pico que me lo pidió el delegado episcopal para la visita de la Virgen de Candelaria, Jesús Agüín. Yo le pregunté que si era que el presidente de la JHC ayudase, y me dijo que no, que era una colaboración personal. Respondí que sí".

¿Y cómo lo lleva? "Esta siendo una manera de colaborar, de aprender más todavía. Y una relación importante con mucha gente. Es enriquecedor trabajar con más de 500 personas. Si sumamos todo el voluntariado de Protección Civil y las instituciones públicas, estaríamos hablando de 700 o 800", apunta sobre la labor desarrollada y acerca de lo que se le viene encima. Al ser cuestionado por si algo ha sido más difícil que el resto, Pedro López se refiere a la elaboración del plan de autoprotección. "Ha llevado muchas horas, revisar numerosas informaciones... Se va a hacer una última reunión el 3 de octubre", detalla. "De la redacción de ese plan se ha encargado el Cabildo, y Jesús Agüín y yo hemos estado en todas las reuniones y hemos tenido que revisar todo", precisa.

En las últimas fechas, López se ha centrado en controlar las solicitudes de los voluntarios, revisar "continuamente" los recorridos y pulir lo máximo posible el programa. "Cada acto en cada parada que realizará la Virgen lleva un trabajo", ejemplifica sin despegarse de su portátil, en la oficina que la organización ha abierto en la lagunera calle del Agua.

En cualquier caso, cuenta ya con algo de experiencia. "La vez anterior que vino la Virgen a La Laguna, yo era secretario de la Junta de Hermandades, y nosotros coordinamos todo el voluntariado de las cofradías en la ida y la vuelta, pero durante el período de estancia no nos encargábamos nosotros", expone. "Sin embargo, esta vez se ha querido que el voluntariado se ocupe de todo, y es más complicado que en 2009, porque son dos ciudades y, además, intervienen las parroquias", agrega.

Y todo ello, claro, en paralelo a sus obligaciones personales y, de una forma particular, a su trabajo como médico. Lo va compatibilizando, aunque sobra decir a qué destina todo el tiempo libre que le dejan sus turnos y los días de descanso.