La Virgen de Candelaria permanece desde ayer en la Catedral de La Laguna, donde llegó después de 14 horas de recorrido. Antes de introducirse en el corazón del casco de la Ciudad Patrimonio y capital episcopal, Finca España protagonizó una populosa acogida a la Patrona de Canarias, con el párroco Simón Herrera entregado, dando vivas a diestro y siniestro. En la rotonda, los niños de la catequesis, con globos y banderitas para saludar a la Morenita, y antes de seguir a Gracia, la rondalla de los mayores de Las Nieves, con Olga Benavente al frente. La imagen entraba en Aguere y el folclore se reivindicó precisamente en Finca España. Antes de continuar, una saeta. Y de ahí a Gracia. El repicar de las campanas evidenciaba la alegría de la llegada de la Virgen, si bien estas muestras han sido mucho más evidentes en los barrios (basta con recordar Santa Clara o La Multa, así como la propia Finca España), que en el centro de las ciudades.

Más de media hora se tardó en el operativo de pasar la Virgen de la cápsula al trono, lo que marcó el inicio procesional desde la avenida de Los Menceyes. Presencia de cofrades en el papel de voluntarios, se escuchó el "canto" del bucio y hasta apareció sobre los raíles del tranvía (fuera de servicio) Javier Abreu. La ciudad olía a incienso. Estaba ya más cerca la plaza del Adelantado. La Virgen, a paso procesional, enfilaba entonces Aguere.

Con solemnidad, sin prisas, la comitiva pasó junto a la Cruz de Piedra, donde en 2009 se recordaba una mucho más nutrida acogida, para seguir hasta la parroquia de Santo Domingo. A las puertas, Lucio González Gorrín, un histórico de la curia nivariense. Entre banderines de la Virgen del Rosario, al paso por el templo, una alfombra de pétalos y sal que daba forma al logotipo de la peregrinación que llegaba ayer a La Laguna con motivo del bicentenario de la Diócesis.

Enfrente de la plaza del Adelantado, cerca del Ayuntamiento de La Laguna, dos escenarios: el religioso, tomado en ese momento por el vicario de Aguere, Juan Antonio Guedes, y otra tarima para casi un centenar de representantes de grupos folclóricos para interpretar el canto a una sola voz.

Guedes estaba pletórico. Con una música propia de banda sonora, el sacerdote anunciaba que María estaba ya en La Laguna, y su puesta en escena recordaba más a la de un telepredicador que a la de un cura lagunero. Y el vicario general de la Diócesis, Antonio Pérez Morales, decía: "La diócesis está en misión".

Llegó en ese momento el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, a quien no le pasó inadvertido que en la anterior visita era alcalde de La Laguna, en 2009. Estaban los máximos representantes del Ejecutivo canario, el Cabildo de Tenerife y el consistorio de La Laguna en la entrada de la Patrona. Y seguía la dualidad sobre los escenarios, ante la atenta mirada de las monjas desde el ajimez de Las Catalinas. En este caso la distancia no fue el olvido, al menos para Flora Marrero y Antonio Pérez Godiño, que las saludaron desde la fila de las autoridades. Entre ellas, ya sin "walkie talkie", Jonathan Domínguez. El alcalde, José Alberto Díaz, hasta rompió el protocolo para atender los saludos. Por su parte, Susana Fernández, concejala del PP, pareció tropezarse con la procesión y obvió el protocolo en lo que a indumentaria se refiere.

Tras el ensayo de cantos a la americana y la salutación de Guedes, música folclorica en el "set" de la tierra. Entre el escenario de la religión y el de los representantes de grupos folclóricos, la Virgen de Candelaria, como conciliándolos. El obispo, Bernardo Álvarez, inició la celebración de la Palabra y en esta oportunidad sí aprovechó para agradecer el reconocimiento del bastón de mando que le dio el Cabildo a la Patrona.

Por su parte, el alcalde saludó "a los vecinos y vecinas", y hasta a "los hermanos y hermanas de fe", convencido de que vivía un momento histórico como regidor local. Aprovechó para hacer referencias a América y apostó por un futuro próspero.

Las peticiones corrieron, entre otros, de la mano de un niño, una joven universitaria (que pidió por seguir siendo inconformistas y críticos) o una familia, que recordó a la "novena Isla", en referencia a Venezuela, tras la incorporación, según el Senado, de La Graciosa. Culminó el acto con el Himno a la Misión de la Diócesis.

Camino de la Catedral, la comitiva la abría la Banda de Cornetas y Tambores San Miguel y la cerraba la Banda de Música La Fe. Y comenzó a avanzar el cortejo por una vía con mucho público en los laterales y un ritmo cadencioso en una tarde-noche en la que el buen tiempo acabó acompañando. Acaso una de las mayores acumulaciones se daba en la plaza de la Catedral, donde quienes esperaban en el tramo que continua desde Juan de Vera hacia La Concepción rompieron en un aplauso. "Vivas", mirandas expectantes, emoción...

El templo, también repleto. Estaba hasta el presidente del Club Deportivo Tenerife, Miguel Concepción. El recorrido de la Virgen por el interior desembocó en el altar mayor, donde debió subir unas rampas, todo ante la atenta mirada de su camarero, Jaime Estévez, a quien ahora le queda trabajo por delante para completar una agenda intensa de actos.

Antonio Díaz, con los cinco sentidos en el trono

Vinculado durante toda su vida a la parroquia matriz de Nuestra Señora de La Concepción de La Laguna y uno de los nombres propios de la Semana Santa de Aguere, Antonio Díaz es el responsable principal del trono de la Patrona durante esta visita. O lo que es lo mismo: varias semanas -y de una forma especial durante los traslados- con los cinco sentidos puestos sobre el paso y sus maniobras. Entre otras cosas, ayer fue el responsable de dirigir la operación de entrada en la Catedral, no exenta de dificultad, sobre todo en las rampas situadas en el altar mayor. Todo salió perfecto. Con el reto conseguido, admitía la "emoción" de haber participado en una cita como esta y celebraba el recibimiento que su ciudad le dio a la Virgen de Candelaria.