Licenciado en Filosofía, Nico Montero está casado y es padre de cuatro hijos. Natural de Huelva, está afincado en Cádiz desde hace 20 años, cuando logró plaza en un instituto de enseñanza pública gaditano, del que hoy es director; una comunidad educativa formada por mil alumnos y un centenar de profesores.

Nico Montero sorprende cuando define su estilo de música, que se mueve entre lo espiritual y el compromiso social: capaz de utilizar un salmo o hablar de la trata de blancas, la inmigración o los niños de la calle. "La música surge desde la fe, pero no hago canciones para gente que tiene fe", afirma Nico, que se desmarca de la imagen "ñoña" o "carca" de la Iglesia, algo entendible cuando se le ve con la guitarra a cuestas entonando canciones de pop-rock, fresca y actual. Hace música que siembra interrogantes, que enfoca la vida con diferente óptica. Su objetivo, conectar con la fe, y él lo tiene claro: "Las personas están por encima de la doctrina y de las normas".

Su registro se mueve entre música cristiana y espiritual, desde la que expresa su fe: "La fe que no se traduce en obras y transmite está vacía y es un montaje. Eso es lo que aprendí de Jesús de Nazaret", añade este "juglar de la fe" que presta este servicio a la Iglesia desde hace 29 años, tiempo en el que ha lanzado 14 discos al mercado, y en breve saldrán otros tres. "Nunca he cobrado por un concierto. Yo trabajo como profesor de instituto y esto es un compromiso personal, que siempre he vinculado a proyectos sociales".

Nico Montero, que mañana impartirá un curso a los profesores de religión de la Diócesis, está convencido de que "la música puede cambiar las cosas, es una droga que permite transformar la realidad con canciones".

Miembro de los cooperadores salesianos, reconoce que "Dios me inspira canciones y permite que las musas me visiten. Fe y vida no se pueden separar", sentencia, y destaca también la importancia del "feedback" con el público. Es compadre del autor gaditano Juan Carlos Aragón, con quien ha jugado al pádel y que lo ha invitado a salir en su comparsa, o escribirle. Por ahora los conciertos se lo impiden.

"Dios se vale de todo". Nico pone de ejemplo que Julia Medina, concursante en Operación Triunfo, en la gala del miércoles de la semana pasada, antes de comenzar el programa, entonó la versión de "El Señor es mi pastor" de Nico, que se canta en todo el mundo. "Dios se cuela por ahí; fue el ratito de oración que vio toda España".