Coalición Canaria ganó las elecciones al Cabildo de Tenerife en 2015, con el 28,62% de los votos y diez consejeros insulares. El PSOE, con el 20,56% y siete consejeros, fue segunda fuerza, muy cerca del PP, que obtuvo el 19,43% de sufragios y siete representantes. CC y PSOE sellaron poco después un pacto de gobierno insular que ha sobrevivido, por ahora, a un mandato con ciertas desconfianzas que, desde el nombramiento de Pedro Martín como candidato insular, se han convertido en una sucesión de desencuentros. El PSOE sufre con Pedro Martín al frente una crisis existencial porque es gobierno en el Cabildo, pero a la vez ejerce como constante oposición. Tras la crisis del intento de compra del edificio de Antonio Plasencia y las probables discrepancias en el pleno de mañana, por el presupuesto estatal de Pedro Sánchez y Las Chumberas, el deteriorado pacto CC-PSOE en el Cabildo se enfrenta a un posible punto final.

Las diferencias entre los socios han causado fricciones en varios momentos del mandato, pero CC y PSOE han logrado superarlas anteriormente con cierta cohesión. Ocurrió cuando en 2016 Carlos Alonso (CC) y Ornella Chacón (PSOE) se culpaban mutuamente de los retrasos en carreteras. Y han sido precisamente las vías, como la TF-5, la TF-1 o el anillo insular, motivo recurrente de choques. Los consejeros socialistas Miguel Ángel Pérez y Aurelio Abreu han criticado públicamente al presidente del Cabildo por sus enfrentamientos con el Gobierno canario y le han corresponsabilizado, por ejemplo, de las colas en la TF-5. Sin embargo, esos encontronazos se han podido superar en el pasado.

En abril de 2017, el Cabildo abrió un expediente sancionador al vicepresidente y consejero de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Seguridad, José Antonio Valbuena (PSOE), por no haber pedido la compatibilidad de su dedicación exclusiva con su actividad privada de tasaciones durante el mandato 2011-2015. En septiembre de ese mismo año, las irregularidades en la piscifactoría de Aguamansa pusieron a Valbuena en la cuerda floja y al pacto CC-PSOE cada vez más tenso. CC aguantó la presión y no hizo sangre con dos crisis que situaron a Valbuena en la picota.

No ha ayudado al pacto la situación judicial del vicepresidente socialista Aurelio Abreu, pendiente de la apertura de juicio oral por posible prevaricación administrativa al adjudicar el proyecto de una residencia de discapacitados a la empresa de un exconcejal del PSOE santacrucero.

Pese a todo lo anterior, los tambores de ruptura solo han empezado a sonar con fuerza tras la irrupción del secretario general del PSOE tinerfeño, Pedro Martín, como candidato socialista al Cabildo y opositor a Alonso, lo que ha colocado a sus compañeros del Grupo Insular del PSOE en una difícil y continua disyuntiva: ser gobierno o ser oposición.

Las críticas de Martín no han cesado desde su nombramiento. Fueron especialmente duras con el tramo del anillo insular entre El Tanque y Santiago del Teide. Los socialistas reclamaron la paralización y modificación sustancial del proyecto para que fuera "una autopista con cuatro carriles", tal y como defiende Martín. CC apostó por la ejecución tal y como estaba previsto desde hace años, y la incorporación posterior de más tramos de carriles de adelantamiento.

Tampoco ha encontrado Alonso demasiada comprensión de sus socios en las polémicas por los cambios en las líneas de Titsa, criticados con dureza por el PSOE.

Las viviendas de Las Chumberas y la financiación estatal han generado los últimos encontronazos entre los socios. Alonso llegó a advertir al PSOE de que "está jugando con fuego al no apoyar a los vecinos de Las Chumberas". En el pleno de mañana serán los asuntos claves.

El intento de compra del edificio propiedad de Antonio Plasencia en Cabo Llanos para crear una nueva infraestructura sociosanitaria fue aprobado inicialmente por CC y PSOE, pero la presión interna obligó a los socialistas a recular y renegar de una adquisición que tenía su visto bueno inicial. Este cambio de opinión generó un terremoto interno que llegó a interpretarse como el fin del pacto de gobierno insular. La crisis se cerró en falso.

Martín ha sido, desde el inicio de su carrera electoral, la principal amenaza para la continuidad del pacto insular. Cuando abanderó la oposición a la compra del inmueble lanzó una advertencia a sus socios: "El PSOE no está para decir que sí a cualquier iniciativa del presidente del Cabildo. Un pacto no significa sometimiento ni servidumbre".

La presión ha sido tal que en el Grupo Insular del PSOE se han visto obligados a votar una cosa (la compra del edificio de Cabo Llanos) y defender la contraria. Los nacionalistas no entienden cómo es posible que el PSOE, gobernando en el Cabildo, haga una oposición más intensa que el PP, que sí lidera la oposición insular.

La penúltima discrepancia entre CC y PSOE, esta vez tan grande como un edificio de 23 millones de euros, ya dejó a los socios al borde del divorcio. Una posibilidad que podría concretarse en horas, si el PSOE no apoya las propuestas de CC sobre el presupuesto estatal y Las Chumberas.

El pleno de mañana puede desmarcar definitivamente a los socialistas de sus socios de CC por el rechazo al proyecto de los Presupuestos Generales del Estado de Pedro Sánchez, y la moción nacionalista sobre Las Chumberas. A juicio de CC, las cuentas que propone el PSOE para España "perjudican a los tinerfeños". Si el PSOE no comparte esa visión y defiende la propuesta de Sánchez, y se desmarca también de las demandas de Las Chumberas, todo apunta a que el pacto insular saltará por los aires. Y Pedro Martín podrá liderar tranquilamente la oposición insular, sin la evidente contradicción que supone ser, a la vez, un PSOE en el gobierno y en la oposición.