Adeje

Nuevo respaldo del Gobierno adejero a la obra de la urbanización Cuna del Alma

El área municipal de Planificación del Territorio autoriza a la promotora del proyecto trasladar los ejemplares de la planta viborina triste a otros emplazamientos de la costa

Trabajos de vallado en el área donde se proyecta la urbanización de lujo Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje.

Trabajos de vallado en el área donde se proyecta la urbanización de lujo Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje. / SALVAR LA TEJITA

El Día

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El Ayuntamiento de Adeje autoriza a la promotora de la urbanización de lujo Cuna del Alma, proyectada en el Puertito de Armeñime, trasladar los ejemplares de la planta viborina triste (echium triste) a otro enclave de esta zona de la costa adejera. En un informe del área de Presidencia y Planificación del Territorio, el Consistorio se declara competente para permitir la traslocación de estos ejemplares al contar con el aval del Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y el Órgano Ambiental municipal.

Esta medida supone un nuevo espaldarazo a la promotora para proseguir con las obras de construcción de la urbanización en una superficie de 437.000 metros cuadrados del Plan Parcial El Puertito de Adeje, con 146.091 metros cuadrados de edificabilidad y 4.428 camas previstas. En febrero de este año, la Agencia Canaria de Protección del Medio Natural, adscrita a la Consejería de Política Territorial del Gobierno de Canarias, levantó la única de las tres órdenes de paralización que se mantenían sobre las obras que seguía vigente.

El organismo, creado para velar por el cumplimiento de las normas que protegen los espacios naturales de interés general del Archipiélago, dejó sin efecto la orden de paralización y la sanción de 110.000 euros impuesta a la promotora del proyecto por iniciar las obras sin obtener previamente el informe de impacto ambiental. La agencia considera que la documentación aprobada por el Ayuntamiento daban validez a la urbanización.

Otros dos expedientes que impedían seguir con los trabajos en áreas concretas del espacio se archivaron también, en este caso al caducar. Uno es el relacionado con esta especie, la viborina triste, y otras que se encuentran en el Puertito de Armeñime. El 11 de noviembre de 2022, la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, durante la legislatura del pacto de las flores (PSOE, NC, Podemos, ASG), ordenó la paralización cautelar de las obras de Cuna del Alma por amenaza inminente de daño ambiental sobre esta especie de flora silvestre.

El tercer procedimiento sancionador, abierto por la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias, se basaba en los daños causados a un yacimiento arqueológico situado en la zona del proyecto. Este expediente también se dio por caducado por defectos de forma. Ambas decisiones las adoptó el Gobierno canario en esta legislatura, con CC y PP al frente.

En cuanto a la competencia para autorizar a la promotora el traslado de ejemplares de la viborina triste, una hierba que llega a alcanzar un metro de altura con las hojas dispuestas en roseta y las flores de color blanco o rosado, surgió una controversia sobre qué administración debía abordarla. Un informe de la Consejería de Transición Ecológica determinó que le correspondía al Cabildo de Tenerife y otro informe de esta última corporación concluyó que los ayuntamientos, al ser las administraciones que aprueban los proyectos de urbanización, tienen competencias para dar este permiso. El propio Consistorio adejero no solo dio todos los permisos y la licencia de obras, sino que en enero declaró de interés público las parcelas de Cuna del Alma.

El Ayuntamiento aclara en la resolución que autoriza el traslado de los ejemplares a otro lugar de la costa adejera que esta especie «no está contemplada ni tiene la protección de la Ley estatal de Patrimonio Natural y Biodiversidad». Sí figura en el Catálogo Canario de Especies Protegidas, con la categoría de especie de protección especial, que según este inventario oficial son aquellas que no están en una situación de amenaza ni son merecedoras de atención particular por su importancia ecológica pero sí de «una atención especial».

Los colectivos ecologistas rechazan estos argumentos y exigen la paralización de los trabajos por la amenaza sobre la viborina triste, los daños a yacimientos arqueológicos y porque el proyecto carece de informe de impacto ambiental.