Un vecino de Santa Cruz de Tenerife se queja de lo complicado que resulta sacarse el pasaporte, al menos en la comisaría de la calle Robayna. Acudió allí para pedir cita, sin lograr que nadie le atendiera para tal fin. En su lugar, le facilitaron un número de teléfono nacional, similar a los que utilizan la compañías de móviles. Asegura que pasó un buen rato acuciado por la centralita virtual, que no da explicaciones claras.

Cinco agentes en la puerta charlando

Siguiendo con el caso anterior, le llamó la atención el hecho de que hubiera en ese momento en la comisaría cinco agentes de la Policía Nacional charlando tranquilamente en la puerta y que, no obstante, le aseguraran que no había manera de darle cita para renovar su pasaporte si no es mediante el citado teléfono, nunca en persona, lo cual parece inexplicable con tanto personal ocioso en el establecimiento.

Un baño cerrado por "seguridad"

La aventura con la comisaría citada no se limitó a la renovación del pasaporte, sino que tuvo un trasfondo más primario aún, ya que, acuciado por la necesidad de ir al baño, uno de los agentes que se encontraba en la puerta lo conminó a acudir a algún bar cercano porque el retrete del edificio, que lo tiene, está cerrado por "razones de seguridad", lo cual dificulta las esperas del personal para tramitar su documentación.

Un conductor de guaguas muy poco profesional

En todos los colectivos, como en el anterior, abunda lo bueno, pero es el mal ejemplo el que llama la atención. Es el caso de un conductor de guaguas poco amable, incluso poco profesional. En una de las paradas de la avenida La Salle una mujer cargada de bolsas logró el pasado domingo llegar a las puertas de la guagua "in extremis", antes de que arrancara. Tocó a la puerta. Pero el "amable" conductor la dejó tirada.