HA TENIDO entrada en la Fiscalía Anticorrupción una denuncia interpuesta contra el alcalde de Santa Úrsula, Ricardo García. El denunciante es Octavio Manuel Fernández Hernández, alto funcionario de carrera de la Administración Local. La denuncia, que ha sido admitida a trámite, habla de tráfico de influencias, de adjudicaciones supuestamente delictivas a parientes del edil y de modificación presuntamente fraudulenta del planeamiento urbanístico del municipio de Santa Úrsula para favorecer a terceros.

Muy pronto podría entrar la Guardia Civil en ese Ayuntamiento, como elefante en una cacharrería, para retirar los archivos municipales, si la Fiscalía Anticorrupción cree necesaria -y logra- una orden de registro. El PP denuncia, aunque todavía no la ha hecho pública, supuesta destrucción de documentos en el Ayuntamiento, o al menos gran actividad en cuanto a salida de bolsas de basura de las dependencias municipales en los últimos días. No sabemos si esta circunstancia tiene o no relación con la denuncia del funcionario.

El sábado se constituye la nueva corporación de Santa Úrsula. Se ignora quiénes van a pactar. El PP podría gobernar con el único concejal del PSOE y entonces nacería un ayuntamiento nuevo, sin la presencia de la AISU del alcalde, partido ligado a Coalición Canaria y fundado hace más de cuarenta años por Fernando Luis, ya fallecido. ¡Cuarenta años en el poder!

AISU puede mantenerse en la alcaldía y en el gobierno municipal con el voto de dicho socialista, al que le han ofrecido la primera tenencia de alcaldía y ¡la concejalía de Urbanismo! Imagínense en el lío que pueden meter al pobre hombre si se confirma lo que está pasando en el municipio, hechos fielmente detallados en la denuncia de don Octavio Fernández.

Milagros Pérez León, la representante del PP, ha hecho esfuerzos por llegar a un acuerdo con el edil socialista Víctor Hernández Barroso. Pero cada vez que se produce un acercamiento, los de la AISU presionan a este concejal electo hasta dejarlo mentalmente maltrecho. Es de esperar que la sensatez se imponga y que Santa Úrsula regrese a la normalidad y aleje las sospechas de corrupción. Para esto hace falta aire fresco, un ayuntamiento nuevo.

El PSOE tiene una grave responsabilidad. Varios compañeros de partido han llamado a Víctor Hernández Barroso para que no se acerque a la AISU. Pero el hombre duda. Está en juego el porvenir de Santa Úrsula y la posibilidad del cambio. Y depende de él.