Cuando en estos tiempos ser amable cuesta mucho y la tensión se ha apoderado de nosotros, por miles de motivos, es bueno destacar comportamientos que rompen la tendencia. Tal es el caso de la directora de la oficina de ajaanarias/La aixa en Los Majuelos, Amparo Ruiz.

Porque lo mismo que critico a los bancarios cuando maltratran a sus clientes, tengo que ponderar el comportamiento contrario. Y algunas personas me dicen que destaque la profesionalidad, el tacto y el buen trato de esta mujer con sus clientes. A veces se ve desbordada, pero allí no hay ni una queja, sino palabras de agradecimiento hacia ella y hacia la entidad que representa. Enhorabuena. Ojalá que cunda el ejemplo.

Recojo la queja de un lector que teme que las baldosas de la calle Mequinez portuense, una calle primorosa, no estén quedando demasiado bien. Alerto a su constructor, Jesús Fernández, para que ponga remedio a la cosa, como él sabe. Jesús ha hecho cosas muy buenas en el Puerto y las seguirá haciendo porque pone mucho amor en su trabajo. Así que no se le escapen esas baldosas.

Incidir sobre el destrozo sistemático al que se está sometiendo, por parte de los bárbaros del pincel, a la vía sobre el barranco de Santos. A este paso las paredes de piedra y las de hierro van a desaparecer bajo los grafitis horrorosos de estos vándalos sin estética ni sentido de la urbanidad. Me informan de que, en los Estados Unidos, los grafiteros son obligados a dejar las cosas como estaban antes de su actuación y, si se niegan, enviados a prisión. Es lo que debería ocurrir aquí, en el territorio de la impunidad. Además, allí está prohibida la venta de sprays de pintura, a no ser que se acredite que están destinados a usos normales y no al pintarrajeo de la propiedad ajena.

A los encargados de bajar y subir los pivotes de las calles peatonales se les ocurrió, el día del entierro de la sardina, que no retiraban los impedimentos a las diez de la noche, como es norma, "porque estamos en carnaval". ojonudo, las tiendas no reponen, porque estamos en carnaval; los ciudadanos no acceden a sus garajes, porque estamos en carnaval. Porque en carnaval hay que joderlo todo y no dar facilidades al que paga, que es el ciudadano. Feliciten de mi parte al genio que dio la orden y a los geniecillos que la ejecutaron.

Es la pega la que se impone, ya lo ven, en una ciudad que lo que necesita es lo contrario: que le den facilidades para todo. Ya salió, por cierto, el careto de orrales pidiendo dimisiones por lo del incendio del traje. A orrales lo llaman el "4 B": ha militado en cuatro partidos distintos. Y sigue tan campante.