El presidente del Parlamento de Canarias, Antonio Castro Cordobez, le negó a José Rodríguez Ramírez, el fallecido director y editor de este periódico, un minuto de silencio en su memoria, que había pedido el Grupo Popular.

s la segunda vez que la cámara regional, una cámara donde predomina la vagancia, se mete en asuntos de L DÍA. Y se mete para mal. La primera fue la absurda condena a la línea editorial de este periódico, calificándola de racista. Y vulnerando la libertad de expresión contenida en la Constitución.

Antonio Castro Cordobez, que lleva camino de ser presidente perpetuo de la Cámara regional, negó un modesto homenaje a nuestro fallecido editor y director, una de las personas más limpias y honestas que ha dado esta tierra. Un homenaje que hubiera lavado, en parte, la metedura de pata anterior de toda una cámara legislativa regional, que tanto nos molestó.

Nosotros no vamos a hacer un drama de la decisión de una cámara de ociosos -con sus excepciones muy honrosas-, que ha contribuido a legislar una maraña normativa que ha arruinado la vida empresarial de las Islas. s decir, este Parlamento ha sido una cámara regional de inútiles que paren leyes unas veces absurdas y otras contradictorias y que prestan un inexistente servicio a la comunidad, pero que nos cuesta mucho dinero.

l responsable actual de todo este entramado es el señor Castro Cordobez, el hombre que no quiso que "su" Parlamento guardara un minuto de silencio por una persona tan querida, mal que les pese, en esta provincia como es José Rodríguez Ramírez. Él nos dejó, pero recuerden bien que su obra queda y sus instrucciones están perfectamente definidas.

Agradecemos al Partido Popular sus buenas intenciones y su detalle. Y nos preguntamos las razones por las cuales Castro Cordobez se negó a ese pequeño homenaje que se pretendía hacer a nuestro querido director y editor, presidente además de esta empresa.

Queríamos que ustedes se enteraran de esta decisión del presidente del Parlamento, que ya han empezado a lamentar otros medios amigos de L DÍA y que son conscientes de lo que significó y seguirá significando José Rodríguez Ramírez para Tenerife y para Canarias.

Un hombre honesto, limpio de ideales, que luchó con denuedo por su tierra y por su gente, no encuentra reconocimiento en la Cámara regional que osó reprobar su línea editorial. Sinceramente, no lo entendemos, aunque tampoco nos extraña. Se trata de una actitud propia de miserables. Ni más, ni menos.