Acercar el mundo rural a las ciudades o áreas urbanas fue el gran objetivo que persiguió el colegio Pureza de María de La Cuesta al convertirse en el anfitrión de las actividades de la Granja Móvil Mini Chan. Durante dos jornadas, unos 400 alumnos compartieron una fiesta de convivencia con los animales de granja, pero en su propio centro.

Niños de entre 3 y 11 años pudieron conocer de primera mano los cuidados y las necesidades de los baifitos, gallinas y sus pollitos, patos, ocas, corderos, cobayas y conejos en una jornada que se tornó en especial porque sobre todo los más pequeñitos comprendieron, "por fin", que los huevos no se fabrican en los supermercados, que detrás de ellos hay un ciclo importante, el que se vive en los entornos rurales de la Isla.

Al margen de la anécdota, una gran cantidad de chicos tuvieron la oportunidad de tocar por primera vez a estos animalitos que se pueden encontrar en las granjas. Dentro de las actividades pudieron tratar y debatir sobre las peculiaridades de aves y mamíferos, cómo se les da de comer o el cuidado al que se les tiene que someter de una forma sencilla, amable y muy bonita.