El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y la compañía Cepsa sellaron un acuerdo considerado histórico por sus firmantes, y cuyo objetivo es iniciar la creación de un proyecto de urbanización denominado "Santa Cruz Verde", en el suelo que hoy ocupa la refinería de petróleos de la capital tinerfeña. El acuerdo incorpora la decisión de diseñar, con el apoyo del Cabildo de Tenerife y el Gobierno regional, un nuevo sistema integrado de espacios verdes, y dotaciones y equipamientos públicos, además de usos residenciales, comerciales y turísticos, que se extenderá sobre las casi 60 hectáreas que hoy son propiedad de Cepsa.

La compañía entiende que el refino de petróleo es hoy poco viable, por lo que -sin renunciar a la actividad de suministro a Canarias de derivados del crudo- se ha decidido a negociar con las administraciones públicas municipal, insular y regional un proyecto de regeneración de los espacios hoy ocupados por las instalaciones de Cepsa, que permitirá destinar más de medio millón de metros cuadrados a usos públicos -hasta dos tercios del territorio liberado- y el resto a usos lucrativos, abriendo la puerta a una oportunidad de extraordinario calado para la ciudad, que creará una gran zona de expansión público-privada y recuperará el acceso de Santa Cruz al mar, una de las más antiguas aspiraciones de los chicharreros.

Gracias al acuerdo, Santa Cruz de Tenerife dispondrá de suelo para crear una suerte de corredor verde que conectará con las ramblas y anillará el litoral santacrucero, haciendo posible -en palabras del presidente del Cabildo, Carlos Alonso- una ciudad "más verde, más amigable y más abierta al mar", que desarrollará las potencialidades tecnológicas de la Isla y una movilidad interior más verde, más ecológica y sostenible. Se trata de una operación que obligará a modificar el acceso a la ciudad por el Sur, crear un nuevo y mayor intercambiador, ampliar el trazado final de la línea uno del tranvía y replantearse la ubicación de algunos de los actuales proyectos de infraestructuras municipales. Una operación que puede llegar a crear -según las optimistas previsiones de los políticos- hasta 3.200 nuevos puestos de trabajo.

El acuerdo suscrito y presentado ayer por el alcalde Bermúdez como la mayor apuesta urbanística de su alcaldía abre la última gran zona de expansión de Santa Cruz en su litoral y supone -conviene recordarlo, porque aquí nada es gratis- el compromiso municipal de iniciar la inmediata recalificación de casi doscientos mil metros cuadrados de suelo industrial en suelo urbanizable y edificable, en lo que ya es -sin lugar a dudas- la mayor y más ambiciosa operación inmobiliaria jamás desarrollada en la capital tinerfeña. Una recalificación que aportará a Cepsa y sus propietarios plusvalías y beneficios multimillonarios, a la que algunos atribuyen un valor de negocio cercano a los mil millones de euros. Vigilar que toda la operación se produzca dentro del respeto absoluto a las leyes, y que exista equilibrio entre lo que se nos promete a los vecinos de Santa Cruz y los ingentes beneficios que obtendrá Cepsa con las recalificaciones, es también una obligación de quienes ayer nos presentaron la operación, y -por supuesto- de la oposición municipal. Pero tampoco pasa nada por soñar con una ciudad mejor y más hermosa de la que hoy tenemos. Ojalá podamos verla en ese plazo de poco más de una década que se nos promete.