Por encima del puente de Taco. Esa fue la frontera metropolitana que anoche se fijó para apreciar meridianamente claro el eclipse total de luna que tanta expectación generó durante días. Los más curiosos optaron por hacer cola en el Museo de la Ciencia y el Cosmos de La Laguna -el acceso a las instalaciones museísticas que gestiona el Cabildo de Tenerife fue lento y ordenado- para garantizarse al cien por cien la visión y las explicaciones que los expertos ofrecieron sobre el "sangrado" lunar ante la atenta mirada de un brillante Marte que quiso "robarle" protagonismo a su

compañera nocturna. Los más conservadores se quedaron en Santa Cruz. Y es que, a pesar de que se alongaron a azoteas y buscaron zonas libres de árboles y edificios, la luna no apareció hasta que ya había adquirido una tonalidad clara y regresaba a su formato completo. Fue una noche oscura durante más de 103 minutos, pero la luna de sangre, en su máximo apogeo entre las 21:03 y 21:38 horas, se convirtió en la excusa ideal para vivir una velada de noveleros y veraniega. Un dos por uno que no impidió que muchos volvieran a casa sin eclipse, pero con unas copas de más. La luna roja no faltó a su cita tinerfeña y los que se cruzaron con ella agradecieron el espectáculo.