El nuevo bono social eléctrico (fuerte palabro feo), esa cosa que iba a ayudar a las familias más desfavorecidas a soportar la brutal subida del recibo de la luz, solo reducirá la factura entre 66 céntimos y 1,98 euros. Como diría más de uno, "guárdame un cachorro". Casi da para un café y en el mejor de los casos para un paquete de macarrones o una lata de atún. Algo es algo.

El estudio elaborado por Consumidores en Acción deja con las vergüenzas al aire a la cosa aprobada hace unos días por el Gobierno Central. Lo cierto es que miles de familias no pueden pagar facturas de luz, que en la mayoría de los casos superan los 80 euros al mes, básicamente porque en la casa entran menos de 1000. Mucho titular, mucha medida social y al final leche de cacharro. Lo que te dan por un lado, te lo quitan por otro.

Ayer conocíamos también que los desahucios vuelven a crecer en Canarias. No me extraña: si hay que pagar la hipoteca, hacer la compra (es decir, lo básico, techo y comida) y además pagar el "robo" de la luz, guárdame un cachorro. ¿No íbamos superando ya la crisis económica? ¿No iba todo mejor? Pues será en el planeta Marte, porque muchas familias siguen viviendo en la triste realidad del planeta Canarias. Hasta para eso somos diferentes.