Cuando solo falta medio año para la celebración de las próximas elecciones municipales, el PSOE de La Laguna decidió ayer, domingo, en una reunión extraordinaria de su Ejecutiva Local, romper el acuerdo suscrito tras las elecciones de 2015 con Coalición Canaria, con el visto bueno del propio Pedro Sánchez. La decisión de romper comenzó a fraguarse la pasada semana en el Ayuntamiento tinerfeño, cuando la primera teniente de alcalde de La Laguna, Mónica Martín, tras resultar derrotada en las primarias frente a Luis Yeray Gutiérrez, decidió que el grupo municipal socialista cambiaba su posición tradicional de apoyo al alcalde y asumía la presentación de una moción de censura. Una censura rechazada por la concejal Martín durante tres años de resistencia a cualquier opción de ruptura, resistencia que provocó la descomposición del grupo municipal socialista, hoy integrado por solo dos de los cinco concejales con los que arrancó tras las elecciones.

Los motivos del cambio de posición de Mónica Martín no han sido explicados, pero sí fueron inmediatamente secundados por la nueva dirección, que convocó la reunión extraordinaria de la Ejecutiva Local el mismo día en que Martín decidió apoyar la presentación inmediata de la censura contra José Alberto Díaz. El PSOE lagunero decidió ayer abandonar el gobierno municipal, por lo que sus concejales renunciarán a sus competencias y salarios. El acuerdo debe ser respaldado por la dirección regional socialista (que es la que decide sobre política de pactos) y contar, también, con el beneplácito de la Federal del partido, que será en última instancia quien decida apoyar (o no) que se explore un gobierno de izquierdas en La Laguna.

Un gobierno difícil de materializar, por otro lado, a pesar del cambio de posición del PSOE. Para que finalmente prospere la censura deben darse distintas condiciones que no están en absoluto claras. La primera es dar con un candidato o candidata a la alcaldía que cuente con los respaldos necesarios. ¿Aprobaría el PSOE apoyar a Javier Abreu o Santiago Pérez? ¿Estaría dispuesta la izquierda a votar a Mónica Martín? ¿Apoyarían el PSOE y Santiago Pérez un candidato de Unidos Podemos? Para que la censura sume los votos necesarios es imprescindible contar con el apoyo de Zebenzuí González, expulsado del PSOE tras la filtración de sus guasap machistas por parte de alguno de sus antiguos compañeros. No está claro que el concejal de los mensajes machistas esté dispuesto a apoyar una censura que probablemente favorecería -entre otros- a Javier Abreu. Tampoco está del todo claro que los dos concejales de Ciudadanos -cuya abstención es necesaria para que prospere el Gobierno de izquierdas en la Laguna- sean autorizados por el partido a apoyar que se produzca un cambio de gobierno municipal a tan solo medio año de las elecciones. Porque para que la censura prospere se necesita bien esa abstención o -además del apoyo de los dos concejales que siguen en el PSOE- el voto de los tres expulsados del PSOE -Javier Abreu, Yeray Rodríguez y el guasapero Zeben González-, además de los seis ediles de Unidos Se Puede y los tres de Por Tenerife-Nueva Canarias.

Ocurra lo que ocurra, estamos, sin duda, ante la censura más veces anunciada por la oposición en esta legislatura. Y eso que la reiterada presentación de una censura al Gobierno de Clavijo también aspiraba a ese honor.