Nos van a tupir los móviles a propaganda electoral. Sí, señor. Nada más y nada menos que el Senado, esa Institución efectiva y conocida por todos, ha aprobado una ley que permitirá a los partidos políticos elaborar perfiles ideológicos de los ciudadanos y enviarles política precocinada, personalizada, por email, WhatsApp o Facebook. Ya era lo que nos faltaba. Hasta los emoticonos del WhatsApp se han ido a esconder.

Y lo peor para nosotros (y mejor para ellos) es que todos los partidos están de acuerdo. Ninguno ha rechazado el asunto. Como cuando se suben los sueldos. Expertos en protección de datos ya han dicho que nuestro perfil, utilizado por los partidos políticos que se presentarán a las próximas elecciones, lo crearán con el rastro que dejamos en Internet. Usted entra a buscar en Google, y ya está fichado.

Lo siguiente será probablemente que el Congreso apruebe una ley para que nos inserten un chip en el coche o en el cerebro para mandarnos la verborrea directamente. Esto es de vergüenza. No teníamos ya bastante con el taladro de las llamadas de banco y aseguradoras, ahora también nos tragaremos la propaganda política mientras merendamos o llevamos el nene al cole. Seguramente esto acabará en los tribunales, que con sentido común lo echarán para atrás. Por si acaso proteja su móvil. Puede que muera de aburrimiento.