Lo leía ayer en algún medio de comunicación. En Canarias hay tantas personas como coches. Y en Tenerife es donde más hay. Siempre nos toca. Apuntaban el dato de que se trata del segundo territorio de España con más coches por kilómetro de carretera. Ahí es nada. Y miren el espacio que tenemos. Sitio pequeño, y más reventados a parque móvil. Así es como se hace, ¿eh?

Claro, así nos tragamos las colas que nos desesperan. Y desde luego no parece que vaya a mejor. Otro dato: 821 vehículos por cada millar de habitantes en el archipiélago. Visto este amontonamiento de cacharros a ruedas y según datos del Banco Mundial, si Canarias fuera un país, sería el sexto del mundo con más coches por cada mil habitantes. Es que somos así, queremos seguir metiendo el coche por la puerta del trabajo y que cada uno tenga el suyo en casa. ¿Van a comprarse uno?

Y luego, unido a esto, está el eterno polémico debate. Que si los ciudadanos se resisten a coger el transporte público. Que si es bueno o es malo. Que si la guagua no pasa por la puerta de mi casa (por cierto, en Tenerife ahora hay unas magníficas directas a los aeropuertos). Que si el tranvía es fundamental, pero no me construyan más líneas porque las obras son feas y afectan a los comercios. Nunca llueve a gusto de todos. Pero de momento, de coches, vamos en modo diluvio. Abran el paraguas.