Sé que la vida es complicada. Eso de ayudar a los demás no vende. Cada uno mira lo suyo y lo entiendo. Por eso cuando uno ve ciertas iniciativas se sorprende de que todavía existan personas que lo den todo a cambio de nada. Es el caso (lo conocí hace unos días) del Centro de Atención Terapéutica Probosco, en La Orotava.

Los que trabajan allí son buena gente. Trabajan por la mejora la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual con grandes necesidades de apoyo para su integración social. Y tratar de ayudar a sus familias. En este año celebran su 25 aniversario. Ya son años ayudando.

Van a celebrar un Encuentro Insular de Personas con Discapacidad donde se reunirán 25 organizaciones de toda la isla, y convocarán a más de 600 personas, con acciones de sensibilización como un Mercadillo Solidario o un Certamen de Cortos con motivo del Día de las Personas con Discapacidad.

El centro atiende a 36 personas con discapacidad intelectual. Ya sé? parecen pocos. Pero si nadie suma, siempre restaremos. Si no ayudamos, si no somos solidarios con quienes no pueden caminar solos ¿quién caminará por nosotros un día? Nos puede tocar a todos ¿verdad? Mejor ayudar, pensar en los que necesitan. Sí, ya lo sé, no podemos ser tan bobos, me dirán. Pues prefiero ser bobo de pie, que esconderme, arrodillado y no dar la cara. Ustedes eligen.