Nunca soporté a los intermediarios buitres. Hay una buena montada con nuestras orquestas canarias y grupos musicales. Sí, esas con las que bailaron y enamoraron a golpe de cumbia van camino del barranco. Los representantes se las están cargando. Ahora en las fiestas, el ayuntamiento gasta mucha pasta, contrata a una productora que a su vez trata con el intermediario, que ofrece a los músicos. Un desastre. Al final la orquesta se lleva las migajas.

Estas Navidades, músicos profesionales, cuyas familias comen de eso, no cobraron sus actuaciones. Y siguen sin cobrar. La respuesta del buitre: "ya te pagaré, ahora no puedo". Fuerte un sinvergüenza, el tipo cogió las perras del ayuntamiento y no paga. Hay uno, bien conocido, que debe a más de 20 grupos.

Antes, en los pueblos, se reunían los viejos e iban de puerta en puerta con un calcetín pidiendo para pagar la orquesta. Eso sí era amor a la fiesta. Ahora se paga 4000 euros de media por actuación y a los grupos llega miseria. Las orquestas canarias son ahora dos o tres personas que cobran 50 euros por barba.

Los ayuntamientos deberían vigilar esto, porque se paga con dinero público. Y ustedes recuérdenlo todo, la pieza apretada que bailaron con la piba o ese regusto a diablo divertido antes de ir a la plaza. Recuérdenlo. Por el camino que vamos, nuestras orquestas serán solo eso, un recuerdo.