Mitzy Capriles, esposa del alcalde metropolitano de Caracas, el opositor Antonio Ledezma, en huelga de hambre en la sede nacional de la OEA desde el pasado viernes, dijo ayer temer por su estado de salud.

Ledezma "cumple al dedillo una huelga de hambre seria" y a tres días de haberla iniciado "ya está acusando un debilitamiento muy marcado, con dolores de cabeza y agotamiento", puntualizó durante unas declaraciones a la emisora Globovisión de la red privada de televisión.

"Puede entrar en una fase que esperamos que no sea necesaria que obligue a inyectarle suero", alertó y argumentó tener constancia médica de que su marido "tiene afectados los pulmones" y "el riñón izquierdo, fruto de una paliza feroz de la que fue víctima en una de las marchas", que ha efectuado en rechazo al Gobierno del presidente Hugo Chávez.

"Desde que asumió el cargo (hace seis meses), no ha habido un solo día en el que no haya sido blanco de hostigamientos. ¿Hasta cuándo?", agregó y subrayó que su marido "está batallando para que la democracia en Venezuela no se nos termine por ir del todo".

En un comunicado al comienzo de su huelga de hambre, el alcalde precisó que pide a la OEA que "designe una Comisión de Alto Nivel que se traslade a Venezuela a observar la grave situación por la que está atravesando la democracia" del país.

El organismo continental debe observar en particular "la situación de la Alcaldía Metropolitana de Caracas y de las gobernaciones de los estados Táchira, Zulia, Miranda, Carabobo, Nueva Esparta", en manos de la oposición, manifestó.

Ledezma ha denunciado de forma reiterada que ha sido despojado de casi todas sus atribuciones ejecutivas por parte de Chávez, quien, amparado por una ley recientemente aprobada por la Asamblea Nacional (AN, unicameral), controlada por el oficialismo, traspasó dichas funciones a un nuevo cargo, el "jefe de gobierno" de Caracas, cuya designación es exclusiva del jefe del Estado.

Sin llegar a desconocer a las autoridades, el mandatario también ha quitado a los ejecutivos regionales en manos de la oposición la administración de hospitales, centros educativos y otras competencias.

Con la huelga de hambre, Ledezma también pide la "inmediata entrega de los recursos económicos para cancelar los salarios de los trabajadores de la Alcaldía Metropolitana de Caracas", a quienes se les adeudaría hasta ocho meses de sueldo, según datos periodísticos.

Ledezma cumple su huelga en el interior de la oficina en Caracas de la Organización de Estados Americanos (OEA), y lo mismo hacen una quincena de trabajadores del ayuntamiento en el exterior.

Críticas a Insulza

Por otro lado, la alianza de los partidos de la oposición al presidente Chávez arremetió ayer contra la Organización de Estados Americanos (OEA), su secretario general, José Miguel Insulza, y los Gobiernos de Nicaragua, Bolivia, Cuba y Ecuador.

En Venezuela "no existe estado de derecho, pero eso no lo ve la OEA ni Insulza", "parcial a favor de Hugo y de la banda de los cuatro: Nicaragua, Bolivia Cuba y Ecuador, beneficiarios del dinero que nos roban", aseveró Henry Ramos Allup, del partido AD (Acción Democrática, socialdemócrata), que actuó como portavoz de los 11 partidos opositores asociados en la "Mesa de la Unidad Democrática".

En una rueda de prensa celebrada frente a la sede del organismo continental en Caracas, y rodeado de los dirigentes de los otros diez partidos opositores, Ramos reiteró que Insulza parece que "no se ha enterado" de la huelga de hambre de Ledezma y otros quince trabajadores del ayuntamiento.

Tras denunciar "tratativas" de Insulza con los gobernantes venezolano, nicaragüense, boliviano, cubano y ecuatoriano, "que serán barridos democráticamente, uno a uno", Ramos anunció que la huelga de hambre de Ledezma seguirá "hasta por lo menos que usted, señor Insulza, no tenga la vergüenza de venir aquí".

Sobre la frustrada operación de la víspera en Honduras, cuando un avión venezolano intentó infructuosamente aterrizar en Tegucigalpa con el depuesto presidente Manuel Zelaya a bordo, Ramos Allup cuestionó el papel jugado por Chávez a quien llamó "Capitán Araña".

"El Capitán Araña puso el avión, los pilotos, la ruta y dio las instrucciones, pero desde aquí no más; el 4 de febrero de 1992 (fecha del fallido golpe de Estado de Chávez) fue igual" y mientras los soldados bajo su mando peleaban, "se quedó en el Museo Militar".

"Es un hábito; Chávez es así, son sus cromosomas y contra eso no hay quién pueda", subrayó con sorna y remató: "pero bueno, esas son cosas de los hondureños".