Durante sus seis años de trayectoria, el proyecto Implamac, que ha conseguido poner a trabajar a unísono a los mejores científicos de la Universidad de La Laguna y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), ha arrojado luz sobre cómo estos diminutos, cuando no imperceptibles, trozos de plástico han colonizado hasta el último ápice de nuestra vida, desde los mares, hasta las playas y los alimentos que nos llevamos a la boca. 

Sus estudios les han llevado a convertirse en un referente europeo y a ser una pieza fundamental para afrontar las crisis derivadas de la aparición de este contaminante en diferentes localizaciones. Y sin embargo, un lustro después de empezar a indagar en esta línea de investigación y divulgar los peligros de este contaminante, el grupo, liderado por el químico de la ULL, Javier Hernández Borges, se ha quedado sin fondos para continuar investigando.