Opinión | Ventana a la realidad

Dignidad

Grupo de personas dependientes.

Grupo de personas dependientes. / FDV

Los últimos datos revelados sobre la atención a las personas dependientes en Canarias plantean una llamada urgente a la acción y la reflexión. Estas cifras muestran una brecha significativa entre la necesidad de cuidado y los recursos disponibles. Y es muy preocupante, porque detrás de cada número estadístico hay historias humanas que merecen ser escuchadas y atendidas. Pero vayamos a los números que muestran esta triste realidad:

Es alarmante constatar que, en comparación con otras regiones del país, Canarias sigue rezagada en la provisión de servicios para las personas dependientes. Según el informe divulgado por la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Asuntos Sociales, el Archipiélago necesita con urgencia 9.500 plazas públicas y privadas residenciales para alcanzar una ratio aceptable de 5 plazas por cada 100 habitantes. Esta escasez de plazas residenciales, tanto públicas como privadas, refleja una realidad desalentadora que exige una respuesta inmediata y efectiva por parte de las autoridades competentes.

El estudio también revela que, en los dos años posteriores a la pandemia, se han aumentado las plazas residenciales en España en 9.541 plazas, mientras que la población mayor de 65 años se ha incrementado en 380.265 personas. Este aumento en la población dependiente contrasta con el modesto incremento en las plazas residenciales, subrayando aún más la brecha entre la demanda y la oferta de cuidado para las personas mayores y dependientes en nuestro país.

Esta situación plantea la necesidad de una planificación más sólida y proactiva en materia de atención a las personas vulnerables. Se estima que se necesitan 85.814 plazas residenciales en todo el país para satisfacer adecuadamente las necesidades de las personas dependientes. En Canarias, esta cifra adquiere una urgencia aún mayor, dado el contexto particular de nuestras islas y las necesidades específicas de nuestra población.

Pero no solo es necesario abordar la necesidad de plazas residenciales; es esencial centrarse en la calidad de los servicios ofrecidos. No basta con aumentar el número de camas; también debemos asegurarnos de que estas instalaciones cuenten con personal capacitado y recursos adecuados para brindar una atención de calidad a quienes dependen de ellas. Además, la atención a las personas dependientes también se debe abordar de manera integral acorde a sus necesidades médicas y de salud mental. Es fundamental garantizar el acceso a servicios médicos de calidad y promover la prevención de enfermedades y el manejo adecuado de condiciones crónicas. Asimismo, es necesario destinar recursos específicos para la atención de la salud mental de las personas dependientes, brindándoles apoyo emocional y psicosocial cuando sea necesario.

Otro aspecto fundamental en la atención a las personas dependientes es el apoyo a sus cuidadores, quienes desempeñan un papel crucial en su bienestar y calidad de vida. Estos cuidadores, que suelen ser familiares cercanos, y quienes se enfrentan a desafíos significativos en su día a día y necesitan contar con recursos y servicios de apoyo para cumplir con su labor de manera adecuada y sostenible.

Como sociedad, es imperativo que prioricemos el cuidado de los más vulnerables. No podemos permitirnos el lujo de dejar atrás a quienes más lo necesitan. Es fundamental que las autoridades, tanto a nivel regional como nacional, trabajen de manera colaborativa y coordinada para garantizar que cada persona dependiente reciba el cuidado y la atención que merece. El bienestar de las personas dependientes no solo es una cuestión de políticas y recursos, sino un reflejo de nuestra humanidad. Cada acción que tomemos para mejorar su calidad de vida es un paso hacia una sociedad más justa, compasiva y solidaria en Canarias.

Los datos compartidos en este informe no son simples números; representan las realidades diarias de personas dependientes en Canarias que necesitan urgentemente nuestro apoyo. Estas cifras nos recuerdan la importancia de abordar la falta de recursos y servicios adecuados para garantizar su bienestar y calidad de vida. Es esencial que como sociedad reconozcamos esta necesidad y tomemos medidas concretas para mejorar la situación. Al priorizar el cuidado de los más vulnerables, no solo estamos actuando en beneficio de las personas dependientes, sino también fortaleciendo los lazos de solidaridad y humanidad que nos unen como comunidad. Juntos, podemos trabajar hacia un futuro más inclusivo y compasivo para todos en Canarias. Es esencial que las autoridades, la sociedad civil y el sector privado trabajen juntos para garantizar que cada persona dependiente reciba la atención y el cuidado que merece, reconociendo su dignidad y valor como miembros de nuestra comunidad.