CD Tenerife

Crisis en el CD Tenerife: el consejo se rompe en vísperas de la decisión final sobre el entrenador

Algunos de los actuales administradores prevén dimitir o incluso plantean la convocatoria de una Junta General

Intentarán hasta el final frenar el fichaje de Óscar Cano, al que la comisión deportiva ofrece un año fijo y otro opcional

Santiago Pozas y Paulino Rivero.

Santiago Pozas y Paulino Rivero. / Carsten W. Lauritsen

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Rebelión a bordo. Algunos de los actuales administradores del CD Tenerife sopesan decisiones graves si José Miguel Garrido, máximo accionista de la institución, insiste en imponer su decisión «unipersonal» en torno a la elección del entrenador, Óscar Cano Moreno, cuya contratación no obedece a los criterios fijados desde la dirección deportiva ni tampoco a los parámetros establecidos por el propio inversor madrileño, quien había prometido la incorporación de un técnico con «acreditada experiencia de éxito».

Entre las medidas que se han valorado en las últimas horas no se descarta que haya dimisiones relevantes en el consejo o la alta dirección del club. Incluso valoran la convocatoria de una Junta General de Accionistas que evidencie la soledad de Garrido frente al resto de actores principales y a los pequeños accionistas. Fue ésta la propuesta que puso sobre la mesa esta mañana uno de los consejeros blanquiazules, que medita renunciar e irse.

En este mismo sentido, hace semanas que hay consultas con letrados especializados en la materia para explorar vías para la quiebra del «sindicado», una fórmula que de momento garantiza que cuatro de los accionistas importantes se posicionen en idéntico sentido en todas las votaciones.

Reunión matinal

Algunos de los actores de mayor peso en el CD Tenerife se reunieron este sábado a primera hora ante la gravedad de los últimos acontecimientos que se han producido en el representativo. En el encuentro participó también Paulino Rivero, presidente del consejo de administración, a quien se le pidió que medie para que Garrido ponga otros nombres de entrenadores sobre la mesa y evite así la muy probable fractura social que se avecina. Acudió igualmente Miguel Concepción, que permanece vigilante a los últimos acontecimientos ante la previsión de ser señalado por haber vendido su paquete accionarial a Garrido.

Figuras muy relevantes en el accionariado blanquiazul –entre ellas el emergente Rayco García Cabrera– consideran preocupante la deriva en la que ha caído el club blanquiazul en el último semestre. De hecho, en su día el propio Concepción o el directivo Conrado González le propusieron de forma insistente el cese de Asier Garitano por la mala serie de resultados del primer equipo, sin obtener respuesta alguna por parte del máximo accionista.

Los hombres de referencia en el mapa social blanquiazul rechazan la elección para el banquillo de Óscar Cano, no por quién es; sino por el proceso de selección, que no ha tenido en consideración el criterio de la dirección deportiva y que demuestra, una vez más, que el máximo accionista actúa de una forma «unipersonal y caprichosa», aseguran distintas fuentes consultadas por este periódico. Según dicen, el cásting para escoger al sucesor de Asier supone una clara demostración de que la toma de decisiones en la parcela futbolística la acapara en exclusiva José Miguel Garrido.

Hasta el final

La reunión de los integrantes del sindicado tuvo por propósito evitar este nombramiento y buscar una solución de consenso. «Lo seguiremos intentando hasta el final», aseguran. Parece difícil, por cuanto desde la propiedad y su entorno aseguran «inamovible» la elección del profesional granadino, ex de Castellón, Deportivo y Sabadell, entre otros clubes. En todo caso, la firma de su contrato (por una sola temporada, como el de Asier Garitano) no se ha producido aún, como tampoco la reunión del consejo de administración que habría de validar el acuerdo.

Fuentes de la negociación afirman que Cano accedería a cobrar 250.000 euros anuales –la mitad que Asier Garitano– pero incluyendo un año opcional en caso de clasificar al representativo entre los seis primeros.

En cuanto a la reunión del consejo, es un paso que figura en la hoja de ruta que han dibujado en sus declaraciones tanto José Miguel Garrido como Paulino Rivero en las últimas semanas. «La comisión deportiva elevará una propuesta que luego será avalada por la directiva», expusieron ambos. Así que ha de producirse una reunión en las próximas fechas, aunque sea solo a efectos cosméticos.

La forma de proceder de Garrido, su empecinamiento en mantener hasta el final de la temporada presente al todavía entrenador y su creciente alejamiento del resto de actores relevantes del proceso ha colmado la paciencia del resto de accionistas, que valoran romper el sindicado y ya han acudido a diversos especialistas para que estudien qué fórmulas serían las más apropiadas si se decidieran a romper definitivamente con Garrido. Este escenario era el último de los que contemplaba Rayco García, empresario canario que ha decidido pasar a la acción y ofrecerse para liderar el relevo si hiciera falta. Bien relacionado en el fútbol internacional, el empresario de Santa Úrsula había prometido al máximo accionista mantenerse en un discreto segundo plano y dejar trabajar, pero desde una posición vigilante para evitar que se traspasaran determinadas líneas rojas.

Para Rayco, la elección de Cano –los accionistas la consideran basada en la afinidad personal y en la amistad con Garrido, más que en una cuestión de capacitación y méritos– ha sido la gota que ha rebosado el vaso. De ahí el tono grave del encuentro de este sábado, a la que seguirán nuevos encuentros para buscar un plan B. No por que se dude de Cano, sino porque quiere evitarse una fractura sin remedio.

Los métodos de Garrido

Ante la gravedad de la crisis, Garrido se ha puesto en contacto con distintas peñas y colectivos –así lo confirmaron portavoces de algunos de ellos– para ofrecerles un encuentro personal al que acudirían el entrenador elegido, Mauro Pérez y Juan Guerrero para así explicarles los motivos de este fichaje. Una iniciativa surrealista y que no convence a los aficionados, que detectan en sus conversaciones con Garrido que éste culpa a la prensa del tsunami y la ola de indignación que sacude al tinerfeñismo. Los accionistas consultados aseguran que las palabras de Rivero el viernes no obedecen a su opinión personal, sino a un deseo del entorno de Garrido, que habría marcado el mensaje y el medio donde emitirse.

El Frente Blanquiazul emitió un severo comunicado donde señala que la forma de proceder del máximo accionista «no casa con la de un club grande como es el Tenerife». La crisis está servida.