La cesta de la compra canaria se vacía de frutas y verduras frescas y aceite de oliva

Los isleños se aprietan el cinturón y restringen el consumo en alimentación en un año de precios récord

Las familias compran menos comida pero gastan un 9,6% más

Dos personas hacen la compra en un supermercado.

Dos personas hacen la compra en un supermercado. / E.D.

La cesta de la compra de los canarios se vació el año pasado para hacer frente a una escalada de los precios de la alimentación sin precedentes. Los consumidores isleños tuvieron que aplicar el modo crisis y buscar fórmulas para tratar de ahorrar algo, en un momento de encarecimiento desorbitado de la comida. Cada canario compró el año pasado casi ocho kilos y medio menos de alimentos en el supermercado. Entre los productos que más vieron reducido su consumo hay algunos que son básicos en casi todas las despensas. El aceite de oliva –uno de los que más se han disparado en los últimos años–, y las frutas y las verduras frescas han mermado su presencia de forma drástica en la cesta de la compra del Archipiélago. Una restricción del consumo que, sin embargo, no ha servido para contrarrestar del todo la dramática subida de precios, porque a pesar de ello, el gasto de los canarios en la cesta de la compra creció un 9,4% más. De hecho, para llenar la despensa cada canario tuvo que invertir 147 más que el año anterior. Lo que para una familia de cuatro miembros se traduce en unos 588 euros. 

A principios de 2022, la inflación que venía afectando a otros bienes y servicios comenzó a trasladarse a la cesta de la compra. Empezó entonces una vertiginosa subida que no tocó techo en Canarias hasta febrero de 2023, cuando el dato interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC) para los alimentos y bebidas alcanzó el 18%. Una subida histórica en el Archipiélago y, aunque a partir de ese mes ha ido bajando de forma progresiva, los incrementos interanuales se mantuvieron por encima de las dos cifras hasta el mes de noviembre. 

Un dramático encarecimiento de la alimentación que complicó a muchas familias canarias llenar la despensa, sobre todo a aquellas con menos recursos económicos, que vieron como en el transcurso de unos pocos meses, el presupuesto que tenían que aplicar para seguir comprando lo mismo se multiplicaba. Por eso, los isleños han tratado de aplicar fórmulas para intentar mantener controlado el gasto y esto pasa por modificar ciertos hábitos de consumo. Acudir más veces al supermercado, planificar mejor y evitar el desperdicio, buscar las ofertas o aumentar el consumo de marcas blancas han sido algunos de los trucos. Pero a tenor de que la inflación no daba respiro, la subida de precios comenzó a notarse también en los productos que las familias canarias ponían sobre la mesa. 

De acuerdo a los datos del informe de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cada canario ha consumido de media ocho kilos y medio de comida menos que el año pasado, pasando de los 650,3 a los 641,8 kilos por persona. Aún así, continúa siendo más alto que la media española que se situó en 2023 en 574,2. De hecho, el consumo per capita en el Archipiélago fue el segundo mayor del Estado, solo por detrás de Baleares. 

Sin embargo, esa reducción no se ha notado por igual en todos los grupos de alimentos y si se estudian los datos, sale a la luz que algunos de los productos que más se han encarecido a lo largo del año pasado son precisamente los que más se han reducido. Uno de los que más ha salido de la cesta de la compra de los canarios es el aceite de oliva. Cada isleño redujo su consumo un 20%. Sin embargo, por esos seis litros por persona que se consumen al año, los consumidores canarios pagaron el año pasado un 35% más. 

En las cestas de la compra del Archipiélago también han entrado 2,5 kilos menos de hortalizas frescas por persona y 5,4 kilos menos de frutas. Según el IPC estos dos tipos de alimentos, básicos en cualquier dieta saludable, cerraron 2023 con un encarecimiento del 25,3% y el 16,4%, respectivamente. Naranjas, manzanas, peras y fresas son las que registran una caída mayor y en las verduras, las judías verdes, los espárragos, las alcachofas y la coliflor son las que más han reducido su consumo. 

Contrario a lo que pudiera parecer, las compras de carne y pescado se ha mantenido, pero éstas ya sufrieron un importante recorte en 2022, nueve kilos menos de carne y tres kilos se redujo el consumo de pescado. En 2023 lo que se puede comprobar es que la cesta de la compra se ha llenado de aquellos productos más baratos mientras que los más caros han quedado relegados. 

En el caso del pescado, los canarios han restringido de manera drástica la compra de merluza, un 37%, de bacalao o de salmón, que caen un 19%. Mientras que variedades más económicas como la sardina o las caballas crecen un 23% y un 53%. Del mar también cae en porcentajes de dos cifras el consumo de pulpo, mejillones o calamares. Respecto a la carne, sube ligeramente la de pollo y cerdo y baja la de vacuno.

Por el contrario, alimentos a los que se suele recurrir cuando aprietan los precios y se tiene que seguir poniendo platos contundentes en la mesa no han sufrido una bajada, más bien al contrario. Los canarios consumieron más pasta, papas o garbanzos, aunque el consumo de las legumbres sí se han resentido y cae un 3,3%. 

Lo que sí experimenta un auge generalizado son los platos preparados. El año pasado se optó por ellos un 8,3% más. Detrás de este cambio no solo está el auge de precios sino también la falta de tiempo para preparar comidas en casa o la comodidad. Los precocinados triunfan cada vez más en las casas del Archipiélago y su consumo no para de crecer año a año. 

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