Opinión

A cada día le bastan sus propios problemas

El gemelo digital es fruto de muchos años de trabajo

El gemelo digital es fruto de muchos años de trabajo / Agencias

En la era digital, la generación ansiosa se encuentra atrapada entre la fascinación y la angustia pues creció con dispositivos móviles en mano, conectada permanentemente a las redes sociales.

Jonathan Haidt, psicólogo social, señala que esta generación está desprotegida debido a la sobreprotección de sus padres. La falta de interacción real con otros ha limitado el desarrollo de habilidades sociales, dejándolos vulnerables al miedo al aburrimiento y a la mirada del otro.

Un estudio de InfoJobs señala que los jóvenes de la Generación Z se definen como capaces de aportar nuevas o diferentes competencias digitales (69%), portadores de aire fresco y renovado (67%) y competentes para proporcionar nuevas ideas y formas de trabajar (65%). Además, se perciben a sí mismos como luchadores de la igualdad de género en la empresa y la conciliación laboral (61%).

Paradójicamente, las generaciones más veteranas aprecian cierto individualismo, poca disposición para trabajar fuera del horario laboral y sufren por su menor vinculación y compromiso con la empresa.

La Biblia recoge una enseñanza fundamental a la hora de afrontar los retos y las amenazas: «A cada día le bastan sus propios problemas». Este antiguo proverbio cobra relevancia en la vida de la generación actual. La ansiedad se alimenta de la anticipación de futuros problemas, pero centrarse en el presente puede ser liberador. Enfrentar los desafíos diarios sin preocuparse en exceso por el mañana es una lección valiosa para todos, especialmente para los jóvenes.

La responsabilidad y el deber son valores fundamentales. Cumplir con nuestras obligaciones, ya sea en el ámbito personal o profesional, nos define. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, también debemos cuidar nuestra salud mental. A veces, sentirnos disparados por las expectativas puede ser agotador.

La clave está en encontrar un equilibrio entre el deber y el derecho.