La falta de vivienda debilita a Canarias en los indicadores sociales de la UE

La falta de vivienda y las deficiencias del sistema educativo dejan a Canarias en mal lugar en el contexto de las regiones de la Unión Europea (UE). Bruselas ha actualizado el Índice de Progreso Social, un amplio estudio con indicadores que reflejan la situación en aspectos vinculados a las necesidades básicas, el bienestar social, la calidad de vida o la percepción de la población sobre sus oportunidades de desarrollo personal. El análisis hace una comparativa entre las 236 regiones y los 27 países que componen la UE con una clasificación en la que Canarias ocupa una discreta decimotercera posición entre las 17 comunidades autónomas españolas y el lugar 131 de las regiones europeas, es decir, por debajo de la mitad del conjunto de los 236 territorios.

El Índice de Progreso Social va más allá de factores meramente económicos como el Producto Interior Bruto (PIB), la renta media por habitante, el empleo o el nivel de pobreza. Los servicios de la Comisión Europa entran a valorar aspectos esenciales para los ciudadanos en necesidades básicas como la nutrición, la atención médica, el agua y el saneamiento, la vivienda y la seguridad. Fundamentos del bienestar social como la educación básica, la salud o la calidad del medio ambiente y las oportunidades que ofrece el sistema como la gobernanza, la libertad de elección, la inclusión social y la educación avanzada.

Metodología

Aunque Bruselas ha cambiado de metodología en relación con los indicadores de estudios anteriores, las debilidades que arrastra Canarias en temas sociales y de educación básica se mantienen, mientras que mejora su puntuación en otros aspectos relacionados con la seguridad, la calidad del medio ambiente, la sociedad inclusiva o la educación superior. La UE establece como base el 100 y Canarias se sitúa justo por encima de la media europea con un índice de 101,5, mientras que la media de España es de 103,5 en el contexto de los 27. Por debajo del Archipiélago y del 100 comunitario se sitúan Murcia, Castilla La Mancha, Extremadura y Andalucía.

El debate sobre la falta de vivienda pública, los elevados precios de los alquileres, la tardanza de los jóvenes en emanciparse por culpa de la vivienda y la polémica abierta sobre la regulación del alquiler vacacional suponen un lastre para Canarias en el análisis que realiza la Comisión Europea. Encuadrada en el apartado de las necesidades básicas, Canarias aparece con un rojo oscuro en el mapa de las puntuaciones al estar por debajo de 70, en este caso con un pobre 68,5, la peor puntuación de todas las comunidades autónomas y solo comparable en el contexto europeo a las regiones del sur de Italia, Grecia y Chipre. En la media de España también se trata de un indicador que no deja al país en buen lugar ya que obtiene un índice de 89,4 al ser un problema generalizado en todo el territorio nacional.

En nutrición y atención médica Canarias se sitúa ligeramente por debajo de la media con un 94,2, mientras que sí cuenta con buenas puntuaciones en agua y saneamiento y en seguridad, con un 110,9, al mismo nivel que el resto de las comunidades.

Cuando se pasa a los fundamentos del bienestar Canarias tiene otro lunar y es la educación básica, que Bruselas la puntúa con un 71,4. Las deficiencias del sistema educativo se dejan notar en la valoración que realizan los técnicos comunitarios y que se refrendan en los distintos informes que analizan las fortalezas y debilidades de la educación que se imparte en las Islas. Pero Canarias no es la única que aparece con una puntuación muy por debajo de la media europea ya que la media de España en este apartado es de 71,1. La buena nota de las islas en materia de información y comunicaciones -114,6-, salud -103- y calidad del medio ambiente -129,1- colocan a las Islas con un 104,5 en el capítulo del bienestar, por encima de la media de la UE.

Condiciones

La Comisión Europea llama Oportunidad a la creación de las condiciones para que todos los ciudadanos alcancen su máximo potencial en aspectos como la confianza y gobernanza; la libertad y elección, la sociedad inclusiva y la educación avanzada. Aquí Canarias tiene una de cal y otra de arena aunque sin llegar a los índices tan bajos de vivienda y educación básica. La peor puntuación es en la libertad para tomar decisiones y poder elegir con un 88,5. Sin embargo en la confianza y gobernanza las Islas logran un esperanzador 99,7. La educación superior supera con creces el listón del sistema educativo obligatorio y asciende hasta los 117,2 y la sociedad inclusiva alcanza los 125,2, situándose entre las más altas de las comunidades autónomas.

Con la media de todos los indicadores Canarias se sitúa entre las comunidades españolas en el puesto 13. El País Vasco es la primera región con un destacado 113,5, seguida de La Rioja -110,3- y Galicia -109,9-. A continuación siguen Navarra, Aragón, Asturias, Cantabria, Valencia, Madrid y Cataluña, que se sitúa justo por encima de la media nacional con un 103,6. Después siguen Castilla y León, Baleares, Canarias y por debajo de 100 Murcia, Castilla La Mancha, Extremadura y Andalucía. En la media de las regiones europeas, el País Vasco figura en la posición 44 y Andalucía en la 154. Canarias queda en el lugar 131 de las 236 regiones analizadas.

La edición de 2024 del Índice de Progreso Social de la UE confirma que el progreso social varía mucho entre las regiones europeas y que los países nórdicos obtienen mejores resultados que los Estados miembros del este y del sur. Los países con los mejores resultados son Dinamarca, Finlandia y Suecia, ya que obtienen una puntuación casi un 30% superior a la media de la UE. La región finlandesa de Helsinki-Uusimaa tiene el nivel más alto de progreso social de la UE. En todo el territorio comunitario aproximadamente el 60% de la población vive en regiones que superan la puntuación media de progreso social. Esta cifra cae al 50% cuando se centra únicamente en las necesidades básicas, como la atención sanitaria, el saneamiento y la vivienda. Es el caso de Canarias, región en la que se ha avanzado más en inclusión, seguridad o educación superior que en las necesidades básicas.

Los resultados también evidencian que el progreso social fomenta el crecimiento inclusivo. Las regiones con mayor progreso social tienden a tener menores porcentajes de personas en riesgo de pobreza o exclusión social y una menor brecha de género en el empleo. Además, las regiones con mayor progreso social ofrecen mejores oportunidades para que los jóvenes graduados ingresen en el mercado laboral. En este caso también es necesaria una buena educación básica.

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