Pulso interno por el fichaje del entrenador Óscar Cano

Es la opción elegida por José Miguel Garrido, pero no convence del todo a otros accionistas de referencia del club blanquiazul

Óscar Cano.

Óscar Cano. / CE Sabadell

El Día

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Salvo giro inesperado, Óscar Pedro Cano Moreno (6/11/1972, Granada) entrenará al Tenerife a partir de la pretemporada venidera. El contrato no está rubricado, pero la decisión sí está tomada y es firme. La decisión depende de la apuesta del accionista mayoritario del club, José Miguel Garrido. Una vez dado este paso, el fichaje debería hacerse oficial a comienzos de la semana que viene, una vez finalizada la Liga 23/24 el domingo con el partido ante el Real Valladolid en el estadio Heliodoro Rodríguez López, coincidiendo con la despedida de Garitano.

Será así, a no ser que otros accionistas de referencia –no solo del sindicado– se salgan con la suya y frenen la operación, al entender que no es el candidato ideal –por trayectoria y experiencia– y que el proceso de selección no ha sido el idóneo, por haberse resuelto con una decisión unipersonal. 

Cano y Garrido se conocen de la etapa que compartieron en el Castellón. El primero tuvo el mismo papel que ahora en el Tenerife durante un año, desde junio de 2018. El técnico del equipo de Castalia a lo largo de casi toda esa etapa fue Óscar. El entrenador se mantuvo en el cargo después de que Garrido vendiera su paquete de acciones. Fue entonces cuando Cano alcanzó su mayor éxito deportivo, un ascenso a Segunda División en 2020. En cualquier caso, en esos meses conectaron a la perfección.

Antes de dar con el técnico elegido para el Tenerife 23/24, el club tuvo en cuenta otras opciones. Es más, llegó a mantener reuniones con algunos de los propios interesados o con sus representantes. Sin que, aparentemente, un candidato haya estado por delante de otro en el orden de prioridades o se avanzara más o menos en las conversaciones o negociaciones, la lista incluyó nombres como los de Vicente Moreno –dirigirá al Osasuna–, Pepe Mel, Paco López, Rubén Albés, Julián Calero –apunta al Levante–, Pablo Machín o, tal como reveló la Ser, Miguel Álvarez, actual preparador del Villarreal B. La existencia de esta lista –que tampoco se reduce a estas alternativas– no significa que el Tenerife haya estado en condiciones de escoger entre todos ellos. Algunos tenían planes diferentes –Moreno–, otros no estaban del todo convencidos o preferían esperar... O el propio Tenerife tuvo sus reparos. De todo este proceso quedó el resultado de que, al final, Cano era el que realmente gustaba a Garrido. Y estaba dispuesto a aceptar.

Las dos partes se reunieron el pasado lunes en Madrid, con la presencia del hombre de confianza de José Miguel, el consejero encargado del área deportiva, Juan Guerrero, cuya preferencia apuntaba a Mel, lo mismo que el director deportivo, Mauro Pérez, habría insistido por contratar a Albés.

Cano vivirá con el Tenerife su tercera experiencia en Segunda División. Debutó en esa categoría en la temporada 10/11, al frente de la desaparecida UDSalamanca. Dirigió los 24 primeros de Liga y fue despedido con el equipo en los puestos de descenso. Diez campañas más tarde se ganó el derecho a repetir por méritos propios, después de haber logrado el ascenso con el Castellón. Tampoco le fueron muy bien las cosas en la ahora llamada LaLiga Hypermotion. Se mantuvo en el cargo medio curso. Dejó al Castellón situado en el antepenúltimo lugar.

Tanto el Salamanca –acompañando al Tenerife– como el Castellón, bajaron a Segunda B en esas temporadas iniciadas por Cano.

Su etapa más cercana se desarrolló en Primera RFEF. Comenzó el ejercicio 21/22 como míster del Badajoz, pero no lo pudo completar. Fue destituido después de 22 encuentros con el equipo pacense demasiado lejos de los puestos de ascenso a Segunda División.

Su siguiente reto fue el mismo, pero con la competición iniciada y para sentarse en el banquillo de todo un Deportivo. Cano sustituyó a Borja Jiménez –actual técnico del Leganés– en la octava fecha. En sus 29 partidos, el conjunto gallego conservó su cartel de candidato a subir, pero no con los números que se esperaban. A falta de solo dos jornadas para el cierre del calendario regular, ya con el Deportivo destinado a disputar el playoff –quedó eliminado–, fue relevado por Rubén de la Barrera.

De LaCoruña pasó a Sabadell. Cano fue la solución de emergencia de un equipo catalán en apuros. Cogió a la escuadra de la Nova Creu Alta en la decimocuarta fecha del calendario. El equipo era colista y tenía apenas siete puntos. Y llegó al final con opciones de evitar el desastre, pero no lo consiguió. El Sabadell cayó a Segunda RFEF con 41 puntos.