Desmontando a Óscar Cano, su estilo y sus intenciones

Más de futbolistas que de modelos de juego, de proponer que de depender del rival, de apostar de verdad por un canterano que de alinear a muchos de cara a la galería, de utilizar bolígrafo y no tablet, de ganarse el respeto con el diálogo y no a golpe de gritos...

Óscar Cano, en su etapa en el Deportivo.

Óscar Cano, en su etapa en el Deportivo. / M. Otero

Julio Ruiz

Julio Ruiz

Óscar Cano (Granada, 6/11/72), entrenador elegido por José Miguel Garrido para que dirija al Tenerife la próxima temporada, es amigo de profundizar en los análisis propios y ajenos relacionados con su profesión, con su pasión. En cada intervención en los medios de comunicación o en las salas de prensa, va siempre al detalle. Le gusta hablar de fútbol, explicarse, contar cómo interpreta este deporte.

Con todo se puede construir su perfil, saber qué piensa de los sistemas, de los futbolistas, de la cantera, de las herramientas que se utilizan para preparar los partidos... En teoría, así es Óscar Cano.

El granadino asegura que no está sujeto a un único modelo. En principio, los aplica en función de los futbolistas que tenga a sus órdenes. «Más que te compren ellos una idea, tienes que hacerles sentir que son ellos los que saben hacer las cosas, y eso es imposible si pretendes realizar un fútbol que no parta de ellos. Los que juegan son los futbolistas, que tienen unas capacidades que dan origen a un tipo de juego que está por encima del que yo pueda pedir», argumentó en una entrevista a Riazor TV concedida en su etapa en el Deportivo.

Óscar se deja llevar por lo que percibe de los principales actores de este de deporte; o sea, intenta «convencer» a los futbolistas de que «son ellos» la fuente de «inspiración» para buscar los triunfos de una manera o de otra. «No tengo esa patología», advierte refiriéndose a la rigidez de pensamientos a la hora de intervenir. «El fútbol es de los jugadores; los protagonistas son ellos. Nosotros tenemos que ayudar en función de los rivales y de los partidos. No hay nada más táctico, estratégico y futbolístico que usar a las personas en base a sus capacidades. El liderazgo está en hacer sentir al grupo que son ellos los que saben hacer las cosas», remarca Cano.

En particular, cuando fue presentado como preparador del Deportivo, en octubre de 2022, avisó que su equipo iba a ser «muy proactivo». «Como lo que más deseamos es tener la pelota, vamos a tratar de que nadie nos la quite; y en caso de perderla, recuperarla. Tenemos que ser un equipo muy proactivo, por el sitio donde estamos, generar suficiente desequilibrio para que todos sintamos que el gol puede estar muy cerca. Dicho lo cual, habrá partidos donde toque remangarnos», explicó. Puede que sirva de referencia en el caso de que entrene al Tenerife.

Para poner un ejemplo de la relevancia de determinadas figuras en la ejecución de su plan de juego, sostiene que los centrocampistas tienen un papel crucial, pero «con matices», porque hay futbolistas de otras demarcaciones que también pueden participar en la creación. Desde su punto de vista, un ejemplo claro está en el exlateral del Real Madrid Marcelo. «Él era centrocampista, a pesar de jugar en un puesto que no tenía nada que ver con el centro. Pero sí hacía esa labor, porque gestaba jugadas, crecía con el juego colectivo... No es cuestión de jugar con dos o tres centrocampistas, sino de saber quiénes son los demás. Según quiénes los rodeen, puedes jugar con más o menos centrocampistas. Tenemos demasiado encasillados a los futbolistas», considera el técnico andaluz.

Cano aclara que no se fija en la procedencia ni en la edad del futbolista. Si cree que puede ser útil, es uno más en el equipo. Pero no se alinea con los técnicos que le abren la puerta a los canteranos sin medida. Entiende que eso puede llegar a ser contraproducente. «Hay entrenadores muy populistas, que se apuntan un tanto porque hicieron debutar a quince chicos y se vanaglorian al ver que uno de ellos se pudo instalar en el primer equipo. Pero nadie habla de los catorce a los que les arruinó la vida», reflexiona Cano. «Ojalá cada club tuviera siete u ocho canteranos en sus filas, pero todo tiene su momento. Hay algunos que derrumban la puerta. En esos casos, no hay otra alternativa que ponerlos, como pasó con Gavi en el Barcelona. Pero a otros hay que ir poniéndolos poco a poco. En mi caso, si veo a un cadete que me demuestra ser mucho mejor que un profesional, lo pongo. A partir de ahí, siempre estoy atento. A veces no es que el entrenador del primer equipo no los ponga, sino que se generan unas expectativas que ellos no soportan», afirma.

Claro y directo de puertas adentro cuando hace falta, pero muy dialogante en el día a día. En líneas generales, así se define en el plano de la convivencia con los futbolistas. «Soy una persona muy cercana a los jugadores. Siempre pienso en cómo se han ido a sus casas, si están bien... Si creen que no cuento con ellos, lo hablo, hago una broma para ver por dónde me salen...», revela sobre su implicación con el grupo, una vocación que afecta a su vida familiar por el escaso tiempo que le dedica. «Me considero culpable de no atender a mi familia directa. Me molesta perderme la infancia de mis hijos», reconoce el técnico.

El fútbol, como casi todo, avanza a un ritmo vertiginoso en cuanto a los recursos que se van aplicando, cada vez más dependientes de la tecnología. Pero Cano es más de la vieja escuela. «Muchas veces queremos rizar el rizo y utilizamos demasiadas herramientas, pero menos la cercanía», apunta alguien que no se ha dejado arrastrar por las últimas tendencias. «La tecnología no ha ganado trascendencia en mi trabajo. Si algo me achacan, es que no uso en exceso ni vídeos ni tecnología. De hecho, me paso el día apuntando con un bolígrafo. Me encanta escribir», confiesa Cano, un entrenador que no se define como «tecnológico», sino «de pensar». La improvisación y los golpes de inspiración forman parte de su rutina. «Siempre programamos los entrenamientos, pero de camino al campo o en mitad de la sesión puedo cambiarlo todo y realizar una tarea distinta», detalla antes de asegurar que nunca ha preparado una charla previa a un partido. «Lo que quiero es llegar al vestuario y sentir cómo están mis jugadores y sentir cómo estoy yo». En esa línea, cree que «el respeto no se gana dando cuatro voces en el vestuario». Aunque «hay días en los que hay que apretar», en otros prefiere ser «menos intervencionista».

Un estudioso del 'métido Guardiola'

Óscar Cano no solo ha seguido de cerca las innovaciones introducidas en el fútbol por Pep Guardiola. También ha escrito libros sobre la revolución liderada por el actual técnico del Manchester City. El modelo de juego del FCBarcelona, El juego de posición del FCBarcelona yDel Bayern de Munich al Bayern de Pep son los títulos de tres de sus publicaciones. Pero los gustos del granadino no se reducen únicamente al fútbol de combinación que caracteriza a Guardiola. Está abierto a formatos opuestos, como el que defiende Jose Mourinho. De hecho, igualmente dedicó un libro a analizar el sistema que aplicó Mou en el Real Madrid. De manera más general, Cano también escribió Fútbol:entrenamiento global basado en la interpretación del juego. En suma, es un entrenador que no se conforma con lo aprendido. Y tampoco con guardarlo bajo llave.