La dicotomía canaria: crecen la economía y el empleo pero el asalariado es un poco más pobre

Los sueldos suben en las Islas un 14,6% desde el inicio de la crisis de precios pero la inflación se dispara un 16,5% y desluce la revalorización de las nóminas

Dos obreros trabajan desde el andamio en la fachada de un edificio en construcción.

Dos obreros trabajan desde el andamio en la fachada de un edificio en construcción. / Andrés Cruz

Canarias cerró 2023 como la economía regional con mayor crecimiento. El Producto Interior Bruto (PIB) del Archipiélago se incrementó el año pasado un 3,8% en términos interanuales, seis décimas más que el PIB de Baleares y hasta 1,4 puntos más que el de Cataluña, que son las dos comunidades que acompañaron a las Islas en el podio de las economías más pujantes de España. Este crecimiento se refleja en el empleo: el tejido productivo canario cuenta hoy con 910.114 trabajadores afiliados a la Seguridad Social.

El pasado noviembre se superaron por primera vez los 900.000 empleados –incluidos tanto los autónomos como quienes se desempeñan por cuenta ajena–, y desde entonces la cifra de afiliados se mueve en máximos históricos. Sin embargo, esta bonanza macroeconómica no ha servido para que los trabajadores isleños ganen poder adquisitivo; al contrario: los asalariados del Archipiélago son hoy un poco más pobres que a comienzos de 2021. Y lo son pese a que los sueldos han subido desde entonces un nada desdeñable 14,6%. ¿Cuál es la razón de esta paradoja? La inflación, la misma que se ha disparado un 16,5% en el mismo período y ha deslucido así la revalorización de las nóminas.

Tres años y dos meses después del comienzo de la crisis de precios –la inflación empezó su escalada en abril de 2021–, el asalariado medio canario cobra bastante más que entonces pero al mismo tiempo es más pobre. Es lo que le ocurre al trabajador a quien se le sube el sueldo un 10%, por ejemplo, cuando la cesta de la compra se encarece un 12, un 13 o un 15%; cuando llenar el tanque de gasolina cuesta un 11, un 14 o un 20% más; y cuando la ropa y el calzado salen un 18, un 21 o un 23% más caras que antes del incremento salarial. Es precisamente esto lo que ha venido ocurriendo en España, en general, y en Canarias, en particular, desde 2021.

No es un fenómeno, por tanto, exclusivo del Archipiélago. Ni mucho menos. Pero sí es verdad que en las Islas se percibe con mayor claridad esa dicotomía entre el crecimiento de la economía y el empleo –el empleo en términos cuantitativos, es decir, el número de puestos de trabajo– y la depauperación de los asalariados. La Generalitat de Cataluña presentó este miércoles su informe anual sobre la situación socioeconómica de la autonomía mediterránea. Un análisis en el que se pone énfasis en el buen comportamiento del PIB catalán –la evolución del PIB canario fue en 2023 incluso mejor–, en el buen comportamiento del empleo –en cifras récord en las Islas– y en cómo todo ello no ha evitado que sus trabajadores pierdan poder adquisitivo. Pues bien, si se sigue para las Islas la misma metodología empleada por los técnicos de la Generalitat para Cataluña, resulta que las conclusiones también son las mismas, esto es, que los grandes números de la economía y el empleo van bien y hasta muy bien pero que de poco les ha servido a los trabajadores en medio de la ola inflacionaria.

Los canarios sufren la paradoja de cobrar más que en 2021 y a la vez perder poder adquisitivo

Coste salarial en Canarias

En 2021, el coste salarial ordinario de las empresas del Archipiélago –el coste salarial ordinario no incluye las pagas extras ni los atrasos– se movió en una media de 1.415,5 euros mensuales. Al siguiente año, 2022 –el primero con el IPC desbocado–, el sueldo medio escaló hasta los 1.568 euros al mes, con lo que aumentó casi un 11%. Y ya en 2023, el coste salarial ordinario –que sirve como aproximación a la nómina promedio con la ventaja de que los datos los suministran las propias empresas– se fue hasta los 1.621,8 euros. Subió un 14,6% en dos años.

Así que el empleado tipo de la región pasó de cobrar 1.415 euros mensuales a ingresar 1.622, una considerable subida de 207 euros al mes, 2.484 al año. Con todo, el asalariado medio era más rico a comienzos de 2021 que en la actualidad. No en vano, en ese mismo período (2021-2023), el Índice de Precios de Consumo (IPC) se disparó en la Comunidad Autónoma un 16,5%, es decir, 1,9 puntos más que los sueldos. Ese trabajador podía comprar más bienes y servicios con los 1.415 euros de 2021 que con los actuales 1.622.

En cuanto a 2024, el sueldo medio subió en el primer trimestre un 1,4%, hasta los 1.644,5 euros, mientras que el IPC lo hizo un 0,9%. Es pronto para sacar conclusiones, pero la curva podría haber empezado a doblarse.