BARRIO A BARRIO | Salud Alto

Urbanismo exige a los vecinos de Santiago Apóstol que talen su árbol

El ayuntamiento remite el primer informe ampliado a los dueños

Carlos Tarife: «No voy a discutir que hay que quitarlo»

Las raíces del flamboyán de 60 años afloran en la superficie.

Las raíces del flamboyán de 60 años afloran en la superficie. / Andrés Gutiérrez

Humberto Gonar

Humberto Gonar

Tercer episodio del culebrón del flamboyán de Santiago Apóstol. Si en el pasado fue la Concejalía de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Santa Cruz quien comunicó a la comunidad de propietarios del número 22 de la calle Arona que iba a talar el flamboyán por encontrarse en su mal estado, y después de que los vecinos presentaran un contrainforme de un ingeniero agrónomo que avala la salud del ejemplar, entra en juego Urbanismo.

En la actualidad se está a la espera que este departamento remita el primer informe ampliado a los dueños del jardín para reiterar la opinión de sus técnicos, categórica sobre la tala.  Y con un importante añadido para la economía de los dueños. Ahora los emplaza a erradicar su propio árbol y los apercibe de que, si no proceden a dar cumplimiento a esta instrucción, se procederá a la ejecución subsidiaria, que supone que se tala y se pasa factura a los propietarios del jardín.

Carlos Tarife, primer teniente de alcalde y concejal de Servicios Públicos, reiteró que «no voy a discutir que el árbol hay que tratarlo, porque es un criterio técnico de los especialistas».

El edil asegura que hace seis meses se emitió el primer y único informe que advertía que el flamboyán se encuentra en muy mal estado y establecía un período de medio año para que se procediera a su tala dado el mal estado y el riesgo que supone a juicio de la valoración municipal. Los seis meses transcurrieron y desde Servicios Públicos se planificó para estos días erradicar el ejemplar que tiene sesenta años, aunque a los vecinos se les comunicó el pasado lunes.

Sobre la marcha presentaron un contrainforme. Como dicen los vecinos, Tarife admite que durante cuarenta años este jardín privado lo ha cuidado el ayuntamiento «y no voy a cambiar el uso y costumbre. Como es privado el jardín, los vecinos deben proceder a su tala o lo hace el ayuntamiento».