¿Masificación sí o no? 420.595 turistas al día, uno por cada 5,2 residentes, durante el año pasado

El debate sobre la carga que el turismo supone para la población, el territorio y los recursos tiene cifras que situar como punto de partida. Entre estas, por ejemplo, la del número medio de visitantes que hay en el Archipiélago a lo largo de un año. El pasado 2023, cuando por vez primera se superaron los 16 millones de turistas, cada día hubo en la comunidad autónoma 420.595 viajeros que se sumaron a los 2,20 millones de residentes locales.

Dicho de otro modo, el 16% de quienes despiertan en Canarias cada día son población flotante. Por tanto, una de cada 5,2 personas ha venido a pasar unas vacaciones y después se marcha. Son datos que el Departamento de Investigación de Promotur incluye en el documento Presión turística sobre la población y el territorio en Canarias elaborado este mes.

"El 16% de quienes despiertan en Canarias cada día son población flotante"

El informe, de siete páginas, toma la estadística de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur) para contemplar también los cuatro millones de viajeros que no se alojan en hoteles y apartamentos. Para llegar a sus conclusiones, parte de una supuesta homogeneidad en la llegada de visitantes. «La presión es estable a lo largo del año, por ser Canarias un destino sin apenas estacionalidad». Aun siendo cierto que en todo momento la planta alojativa está operativa, el dinamismo es mayor entre octubre y abril.

En cualquier caso, el ejercicio sirve para analizar las particularidades de la actividad en un destino que, como el canario, no tiene que cerrar por mal tiempo durante una época del año. «Ningún mes se supera el 10% del total anual», señalan sobre las llegadas los economistas de la mercantil pública en otro de sus trabajos: La realidad del turismo canario hoy y su evolución desde 2019.

Comparación con Baleares

En este se compara la presión de la actividad alojativa isleña con la de Baleares. «En Canarias estamos lejos de los índices de masificación turística de otros destinos similares competidores del entorno mediterráneo», señala el documento. ¿Por qué? Porque la climatología de Baleares obliga a concentrar en siete meses «el 93%» de las llegadas de visitantes. Es más, un tercio (32%) solo en los meses de julio y agosto.

Los 420.595 visitantes diarios suponen prácticamente la mitad de la población residente en Gran Canaria (866.972). Un dato que entronca con la desagregación insular que también recoge el documento. Las mayores cargas se concentran en las islas cuyas economías más dependen de la actividad turística y no son las más pobladas: Fuerteventura (32,1%) y Lanzarote (31,9%).

Casi un tercio de los habitantes diarios de Fuerteventura y Lanzarote son visitantes

Prácticamente un tercio de los habitantes diarios de estas dos islas son turistas cuya estancia tiene fecha de caducidad. Los porcentajes se reducen en los casos de las capitalinas: Tenerife hasta el 14,9% y Gran Canaria, al 12%. En La Palma es mucho menor (4,5%), si bien con un claro sesgo introducido por la erupción del Tajogaite; antes de la pandemia la tasa se situaba entre el 8% y el 9%.

La componente histórica también ayuda a establecer la foto fija actual. ¿Es mucho o poco el 16% que el año pasado registró la comunidad autónoma? Consideraciones subjetivas aparte, es el máximo alcanzado hasta la fecha, repite el valor anotado en 2017 y supera ampliamente el 12,8% de 2011, año en que el negocio alojativo vio dispararse la llegada de clientes por la Primavera Árabe.

Visto desde otro ángulo. A pesar de que la llegada de turistas de 2023 fue récord –esos más de 16 millones–, la tasa no se incrementa de manera desbocada. La razón hay que buscarla en el paulatino crecimiento de la población residente. La comunidad autónoma ha ganado casi medio millón de habitantes (485.772) en el primer cuarto del siglo XXI. Si las dos variables –residentes y turistas– crecen, la proporción tiende a permanecer invariable.

Consumo de territorio

La locomotora de la economía canaria ejerce también presión en otros ámbitos. El catedrático de Geografía Humana de la Universidad de La Laguna, Moisés Simancas, cifra en el 1,76% el porcentaje de territorio que ocupan las áreas de litoral «donde duerme la gran mayoría de los turistas». Todo ello sin perder de vista esa advertencia de que la vivienda vacacional ha introducido una dispersión de la planta alojativa que no existía con anterioridad.

Otro de los caballos de batalla es el consumo de agua. «La causa principal de la emergencia hídrica declarada en algunas de las Islas, pero que afecta a todas en mayor o menor medida, es la sequía sufrida en los últimos años», señala Promotur. Al cambio climático une «problemas de infraestructuras y redes de abastecimiento».

«El sector turístico absorbe solo en torno al 10% del agua que se consume en Canarias, muy por debajo de las necesidades del sector primario y el industrial y también, por supuesto, del consumo urbano, que supone un 35% del total», detallan los autores del informe de la empresa pública encargada de la promoción turística.

El 16% de presencia diaria de turistas es la mayor tasa histórica, pero ya se alcanzó en 2017

Además, buena parte de las empresas se afanan por mejorar su competitividad introduciendo mejoras capaces de seducir a una clientela que muestra cada vez más preocupación por la salud del medio ambiente. En paralelo, crece el número de hoteles que desalan su propia agua para cubrir las necesidades que tienen.

¿Qué dicen los analistas de Promotur? ¿Son o no culpables los hoteles de la falta de agua? «Al contrario, de manera creciente, el sector aporta a la agricultura aguas residuales depuradas para su reutilización», responden.

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