'La hojarasca', de Macu Machín, se corona como Mejor Película canaria

La cineasta incorpora el Premio Richard Leacock al Mejor Largometraje del 23º Festival de Cine de Las Palmas

Marina Alberti gana el Richard Leacock a Mejor Cortometraje por 'Aitana'

Macu Machín con el Premio Richard Leacock por 'La hojarasca'.

Macu Machín con el Premio Richard Leacock por 'La hojarasca'. / E. D.

Cuenta la cineasta canaria Macu Machín, recién llegada a su lsla natal desde la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, que La hojarasca era apenas una semilla de almendro cuando el Mercado del Cine Casi Hecho (MECAS) del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria regó con su primer premio un proyecto en ciernes que hoy no para de florecer. Corría entonces el año 2018 y en el corazón de su autora ya rugía esta película como «una energía latente y magmática que necesitaba salir para expresar su historia», rememora, «y era arriesgado porque es una película rodada con mi propia familia, pero yo necesitaba hacerlo, porque creo que es una historia universal».

Así lo relataba ayer después de recoger el Premio Richard Leacock al Mejor Largometraje en el mismo certamen capitalino, donde el jurado de Canarias Cinema, sección donde competía La hojarasca, integrado por Maider Fernández Iriarte, Javier García Puerto y Joana Granero Sánchez, distinguió «una película que retrata la intimidad y complicidad entre tres hermanas gracias a la maestría de una directora que logra transmitir al espectador, con miembros de su propia familia, una historia de alcance universal». 

«Para mí es muy especial recibir este premio», declaró Machín, cuya película vivió su estreno mundial en la Berlinale, uno de los festivales de cine más prestigiosos del mundo, y se alzó con dos Biznaga de Plata a Mejor Película y Mejor Dirección en la Sección Zonazine del Festival de Málaga. «El Festival de Cine de Las Palmas es muy importante para mí, porque desde que regresé hace 10 años a la Isla ha sido un templo donde ver un cine diferente cada año; donde he estrenado mis últimos cortometrajes y he ido tejiendo redes y encontrando aliados por el camino», añadió.

Matriarcado de La Palma: las heroínas de Macu Machín

La hojarasca, ópera prima de la realizadora de cortometrajes premiados como Quemar las naves (2018), El mar inmóvil (2017) o El imperio de la luz (2016), es una película filmada a caballo entre el documental y la ficción en el enclave rural de Puntagorda, en el noroeste de La Palma, protagonizada por la madre y las dos tías de la cineasta en su primera vez frente a la cámara para encarnar un conflicto de herencias. «Cuando recojo este premio pienso en mi familia de Puntagorda: creo que es un reconocimiento para todas estas personas que viven en la periferia de la periferia, a distintas maneras de habitar el mundo y, sobre todo, a la mujer palmera", reflexiona. "Para mí, La Palma representa un gran matriarcado, donde las mujeres son las grandes heroínas que trabajan la tierra con mucha fuerza, sacan adelante a sus familias y cuidan de sus animales y vecinos».

En este paisaje, el vareo de las almendras, beber vino en botellas de plástico de 7UP, la espera en el campo, el cuchillo de plástico que corta el queso o el estribillo de Palmero, sube a La Palma conforman «esos pequeños detalles tenían que estar ahí porque en algún momento dejarán de estar». «Para mí, reflejar todo esto es como un gesto político y poético al mismo tiempo, por el que yo me siento atravesada», defiende. Y en medio de la película, tras interrumpir el rodaje como una gran metáfora, emerge el volcán de Cumbre Vieja. «Parece que lo estábamos invocando, pero sin duda había energías que se estaban destrabando», concluye Machín, para quien «el viaje de La hojarasca está siendo una experiencia preciosa y el éxito es, sobre todo, el éxito de compartirlo con mi familia».

‘Aitana’, tributo a la memoria, Premio Richard Leacock al Mejor Cortometraje

En consonancia con los caminos de regreso a la memoria familiar, la cineasta Marina Alberti, nieta del mítico poeta Rafael Alberti y de la escritora María Teresa León, referentes de la Generación del 27 exiliados por la dictadura en España y posteriormente por la Argentina, filma en el cortometraje Aitana un homenaje a su madre, a la memoria del pasado familiar, a la historia de un país y de un siglo entero. Aitana, que constituye la primera película de la directora y toma el nombre de su madre, fue distinguida con el Premio Richard Leacock al Mejor Cortometraje, donde el jurado ha distinguido «una película que explora la memoria y la amenaza del olvido en un único espacio donde se arremolinan cuatro generaciones de una misma familia y los entresijos de la historia de un país». 

El jurado también concedió una mención especial al cortometraje Cabreo, de Jesús F. Cruz, por firmar «una película que desborda creatividad y rebeldía», toda vez que el corto El canto de los años nuevos, un guiño al silbo gomero de Alexander Cabeza Trigg, ganó el Premio de Distribución Digital 104 «por su capacidad de crear un microcosmos cinematográfico en el que pasado, presente y futuro se unen para reflexionar sobre la identidad de la isla y su supervivencia a través de las nuevas generaciones».