Javier Chavanel: «El terror se disfruta desde fuera, leyéndolo... Y a salvo en tu casa»

El nuevo libro del canario Javier Chavanel combina suspense y terror relatando los problemas que Alicia sufre al descubrir que su serie favorita sigue emitiéndose en la Dark Web. Ve un capítulo y comprueba que sus ‘protas’ son un espejismo demente de lo que eran. La joven, entonces, empieza a ser acosada.

Javier Chavanel fotografiado entre los volúmenes y estantes de la hemeroteca de LA PROVINCIA.

Javier Chavanel fotografiado entre los volúmenes y estantes de la hemeroteca de LA PROVINCIA. / JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Cuándo decide escribir Sitcom, su tercera novela, y en qué se ha inspirado?

Al principio la idea llegó como una broma; yo llevaba mucho tiempo trabajando en una serie, y pensé: y si cuando esto termine, decidimos no marcharnos… Y si cuando termine seguimos reuniéndonos para continuar grabando la serie a pesar de que nadie esté pidiendola, ni haya ya una productora ni dinero detrás. Solo nosotros, el equipo técnico y artístico llevado por la inercia de lo que llevabamos haciendo durante tanto tiempo. Esta idea primigenia y absurda comenzó a materializarse durante la pandemia, cuando finalmente la serie en la que trabajaba finalizó y en medio de ese tremendo ambiente de incertidumbre es cuando comienzo a ponerme manos a la obra.

La novela se inspira en muchas cosas; aspectos de la propia realidad, series de los noventa en España, en las creepypastas (leyendas urbanas de internet), en los libros de Clive Barker, en la Matanza de Texas de Tobe Hooper. Si empiezo a enumerar, no podria parar.

¿Le ha sido sencillo? ¿Cuánto tiempo tardó en elaborarlo?

Al principio la novela iba a ser un guion de cine. Pero la sinopsis no interesó mucho a las productoras por lo que decidí transformarla en una novela. Gracias al trabajo previo que había hecho, de estructura y demás, me fue relativamente sencillo enfrentarme a la página en blanco. Tenía un mapa… Yo normalmente cuando no escribo guiones, voy a ciegas, sin guia… Era la primera vez que tenía una estructura previa. Y eso me ayudó mucho en avanzar, sobre todo porque tuve que compaginar la escritura con un nuevo trabajo en otra serie. Tardé un año en escribir el primer borrador solo dedicándome a ello los fines de semana.

¿Su profesión de guionista le ha servido para abordar un tema tan televisivo como este?

Más que lo de ser guionista, me ayudó mucho el haber estado en el equipo de realización en varias series y, por ende, el haber estado en muchos rodajes, por lo que conocía muy bien el mundo en el que se mueven los personajes y la ambientación que quería darle a la historia.

Sea sincero: ¿Le gustaría verse en una situación como la que vive Alicia, la protagonista de su novela?

Ni en broma. El libro es de terror. ¿Quién quiere ser protagonista en una historia de terror? Yo no, desde luego. El terror se disfruta desde fuera, leyéndolo, escribiéndolo o viéndolo en la tele… Y a salvo… en tu casa. Creo que el terror, al final del día, cumple una función de catarsis y de descarga de adrenalina que nos hace sentir vivos y que rompe con la monotonía de nuestras vidas… Pero no queremos que nuestras vidas se desmoronen. Ahí está la gracia.

¿Es la Dark Web un lugar tan desasosegante como plantea en Sitcom?

Espero que no. Nunca he entrado… Y de cara a la novela prefería quedarme con lo que el lugar me sugería… Prefería volar libre que estar apegado a la realidad y a sus sordideces. En Sitcom todo es una hipérbole y la Dark Web está planteada como si aquello fueran los siete círculos del infierno… Creo que en realidad, el lugar es, más bien, una cara B del internet que conocemos. Es un cajón de sastre y hay de todo, cosas buenas, inofensivas, absurdas y cosas malas.

Usted se ha especializado, tanto como escritor como en su faceta de director, en la temática del terror y el suspense. ¿Viven un buen momento esos géneros en el mercado literario?

Creo que fuera de España sí, sobre todo en los paises anglosajones. Dentro de nuestras fronteras, el terror, el fantástico y la ciencia ficción son géneros complicados para los autores de aquí. Aún sigue viéndose como un género para friquis y bichos raros. Creo que existe cierto complejo a la hora de consumir y enfrentarse a estos géneros, como si no nos lo creyéramos del todo. No sé si somos demasiando cínicos para abordarlo bien…

A mi modo de ver son géneros que obligan a reencontrarse con el niño interior, a volver a soñar, a no perder el sentido de la maravilla… Y no sé, me da la impresión de que muchos no quieren ponerse ese traje… o apoyar al tipo que se pone ese traje.

En nuestro pais hay muchos escritores y directores de cortometrajes enfocados al terror y son buenísimos. Yo conozco a muchos y hay muchísimo talento, de verdad… Es asombroso, pero es un talento que no está representado y tampoco hay un nicho fuertemente arraigado por lo que muchos se ven obligados a escribir otro tipo de historias para suscitar interés y abrirse camino. La paradoja es que los productos de terror que vienen de fuera si se consumen, pero no los propios.

Por cierto, dice que Sitcom está dirigido a «adultos jóvenes». ¿Qué perfil tiene ese target de lectores?

Aquellos que nacieron en la decada de los ochenta o principios de los noventa encontrarán muy disfrutable la novela por sus referencias y sus guiños a la cultura pop. Y también dialoga con un público más joven ya que el contexto socioeconómico, la tecnología, las creepypasta, las fakes news tienen una importancia capital en la novela.

¿Cuándo y dónde puede comprarse su nuevo libro?

El libro ya está en preventa y puede comprarse en la página web de la editorial Dimensiones Ocultas. El 13 de mayo ya podrá comprarse en cualquier librería.

¿Ha aparcado el mundo del cine? ¿Cómo le va a Nap, su exitoso cortometraje?

No, pero hacer cine es una carrera de fondo, y muchas cosas tardan en concretarse. Muchísimo. Dedicarte al cine es casi como querer que te toque la loteria. Buena suerte con ello, pero por si acaso sigue comprando décimos. Lo bueno de escribir libros es que dependes de menos personas y más de tu voluntad.

En cuanto al cortometraje Nap continúa su distribución y acumulando selecciones y premios. Aún le queda un año de vida en festivales, así que hay recorrido por delante.

Nap, por cierto, fue una adaptación de un libro anterior mío, APPS. Por lo que, en mi caso, lo cinematográfico y lo literario van de la mano. Al final todo se reduce a contar historias, da igual por el medio que sea.

Oiga, y con un tema así y dirigido a un público tan especial ¿quién se atrevió a apostar por usted y Sitcom?

Agradezco mucho a la editorial Dimensiones Ocultas por haber apostado por mí, sobre todo a mi editor Roberto Carrasco, un tipo incansable, soñador y de vitalidad contagiosa. Se interesó por la novela desde el minuto uno y se ha arriesgado como nadie por publicarla.