Entrevista

Joan Camprodon: "Bajo el paraguas de la depresión coexisten diferentes enfermedades"

El doctor explica los tratamientos para tratar una patología que sufrirá, en algún momento de su vida, un 20% de la población

Joan Camprodon, nuevo director científico de Guttmann Barcelona y jefe de Neuropsiquiatría del Massachusetts General Hospital (Harvard Medical School).

Joan Camprodon, nuevo director científico de Guttmann Barcelona y jefe de Neuropsiquiatría del Massachusetts General Hospital (Harvard Medical School). / ZOWY VOETEN

Beatriz Pérez

Es experto en depresión resistente y asegura que tiene cura. El doctor Joan Camprodon, nuevo director científico de Guttmann Barcelona y jefe de Neuropsiquiatría del Massachusetts General Hospital (Harvard Medical School), explica en El Periódico, del mismo grupo editorial que este diario, los tratamientos para tratar una patología que sufrirá, en algún momento de su vida, un 20% de la población. Uno de los más innovadores es la estimulación magnética transcraneal, que él conoce bien.

¿Qué es la depresión resistente?

Es una depresión difícil de tratar. Hay diferentes formas de definirla. La más típica seguramente es que el enfermo no ha tolerado dos tratamientos de dosis y duración adecuada. No es una enfermedad diferente, pero sí tiene un grado de severidad mayor. Al ser más difícil de tratar, te tienes que plantear estrategias más complejas. Pero hay que tener en cuenta que la depresión no es una enfermedad, sino que son muchas enfermedades.

Explíquese.

Bajo el paraguas de lo que denominamos depresión no hay una enfermedad, hay diferentes mecanismos, diferentes enfermedades. Así, no es que la depresión resistente sea una de estas enfermedades, sino que todas estas enfermedades pueden ser más leves o más severas, más fáciles de tratar o más difíciles de tratar, y la resistente es la que es más difícil de tratar.

Hay distintos perfiles clínicos, como la depresión melancólica, la depresión atípica, la depresión con ansiedad…

¿Cuáles son los tipos más frecuentes de depresión?

No lo sabemos estrictamente. Sí que hay unos perfiles clínicos, como la depresión melancólica, la depresión atípica, la depresión con ansiedad… Ahora empezamos a tener biomarcadores o herramientas diagnósticas que nos permitirán no solo entender los mecanismos de la depresión, sino también los mecanismos de cada individuo. Y así utilizaremos estos datos personalizados para tratar a un individuo concreto que tiene unos síntomas concretos que dan lugar a la depresión.

¿Terapias dirigidas para la depresión?

Terapias dirigidas o personalizadas.

Ahora mismo son lo más avanzado en el mundo oncológico.

La medicina personalizada, que está muy desarrollada en oncología o en cardiología, está entrando en las neurociencias clínicas, en la neuropsiquiatría, pero el problema que ha habido hasta hace unos cinco años es que se quería replicar el modelo de la oncología al cerebro. Y el cerebro no es cáncer. En cáncer, los mecanismos moleculares son los que definen la enfermedad. Es decir, en el cáncer lo relevante es el tipo de célula maligna. Sin embargo, las neuronas de la esquizofrenia, de la esclerosis múltiple, del párkinson, no son tan diferentes molecularmente. Lo que es diferente entre ellas es su lugar en el cerebro y con quién se conectan.

Un 30% de los enfermos con depresión tendrán depresión resistente

De toda la gente que tiene depresión, ¿cuánta gente sufre depresión resistente?

Un 30%. Y de los enfermos con depresión en general, entre un 10% o un 12% de la población ha tenido esta enfermedad en el último año y entre el 19% y el 21% la ha tenido al menos una vez en la vida. Es decir, una de cada cinco personas tendrá depresión alguna vez en la vida.

¿Está aumentando?

No sabemos si está aumentando o somos mejores detectándola. No solo tenemos mejores técnicas, sino que hemos reducido el estigma. La gente pide ayuda y esto nos permite identificar antes a los enfermos. Pero los números no han cambiado tanto los últimos 10 años, por ejemplo.

Desde la pandemia han aumentado mucho los trastornos de salud mental, especialmente la depresión y la ansiedad.

Han aumentado mucho, sobre todo, en adolescentes y con niños. Han aumentado los números de casos, de nuevos diagnósticos, de ingresos y el número de intensos suicidios y suicidios completos, sobre todo en adolescentes y niños. Estas enfermedades son, como la mayoría, multifactoriales. No solo es una cuestión genética, sino también de la dieta, de la conducta, de las toxinas que hay en el ambiente. Todos estos factores confluyen de una manera negativa y dan lugar a síntomas de diferentes tipos.

Es una enfermedad multifactorial: no solo es una cuestión genética, sino también de la dieta, de la conducta, de las toxinas que hay en el ambiente

¿Qué tratamientos hay para la depresión?

En psiquiatría y en neurología tenemos tres tipos de tratamientos. Los fármacos, las terapias de rehabilitación psicoterapias y los tratamientos de estimulación cerebral. Los tratamientos de estimulación cerebral usan máquinas que aplican energía eléctrica o electromagnética sobre el cerebro con la intención de cambiar la actividad de las neuronas que están activándose de una forma inadecuada que da lugar luego a síntomas o trastornos neurológicos o psiquiátricos. Entre las herramientas que tenemos para estimular el cerebro de una forma terapéutica, están las quirúrgicas donde se implantan electrodos -esto se usa sobre todo para trastornos del movimiento como el párkinson-, la terapia convulsiva -que son los electroshocks, que más allá de su estigma es una terapia que salva vidas y una de las más efectivas contra el suicidio y contra depresiones psicóticas- y las terapias no invasivas. En este último grupo se encuentra la estimulación magnética transcraneal.

¿En qué consiste?

Es un tratamiento no quirúrgico. Un enfermo viene caminando aquí a la Guttmann, se sienta en una silla, se le pone una bobina sobre la cabeza y se le aplican unos pulsos electromagnéticos. Son tratamientos validados y aprobados por las agencias reguladoras tanto de EEUU como de España. Aun así, en Cataluña y España todavía no se hace a gran escala. Hay centros pioneros como la Guttmann.

También existe la estimulación cerebral profunda, que hacen centros como Sant Pau.

Así es. La estimulación cerebral profunda funciona como un marcapasos cerebral. Es exactamente la misma tecnología. Tienes una batería con un pequeño chip ordenador que se implanta debajo de la clavícula y los cables con los electrodos que en este caso llegan, por debajo de la piel del cuello, hasta la parte superior del cerebro. Un cirujano te los implanta en zonas muy concretas.

Recientemente ha sido noticia que una joven de 28 años en los Países Bajos solicitó la eutanasia porque tenía una depresión resistente. ¿Un caso así podría curarse?

Yo creo que siempre se pueden hacer cosas Y este caso me ha hecho reflexionar. Mi experiencia, viendo generalmente a enfermos muy refractarios, es que siempre se pueden hacer cosas. Por ejemplo, a veces hay fármacos que no funcionan, pero con estimulación cerebral tienen un efecto diferente. Es decir, incluso cosas que no han funcionado antes con una combinación diferente, haciendo psicoterapia, pueden funcionar.

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